18 de febrero 2018
Photo credit: ♦ Peter & Ute Grahlmann ♦ on Visual Hunt / CC BY-NC
Un fragmento de John Main OSB, “Death and Resurrection, ”MOMENT OF CHRIST (New York: Continuum, 1998), págs. 68-69
La totalidad de la tradición Cristiana nos dice que si quisiéramos volvernos sabios debemos aprender la lección de que no tenemos aquí una “ciudad permanente”. (Debemos escuchar) lo que sabios de épocas pasadas y presentes nos dicen: para tener la vida enfocada debemos tener la muerte (enfocada…). Hablar sobre la muerte es difícil para la gente mundana. Ciertamente la fantasía más importante de la gente cosmopolita opera sobre el punto de vista opuesto: no sobre la base de nuestra mortalidad sino la fantasía de que somos inmortales, más allá de nuestras debilidades físicas. (…)
La meditación es un camino poderoso porque es una forma de entender nuestra mortalidad. Es la forma de poner nuestra muerte enfocada. Puede hacer eso porque es el camino más allá de nuestra propia mortalidad. Es el camino más más allá de nuestra mortalidad hacia la resurrección, a una nueva vida eterna, la vida que surge de nuestra unión con Dios.
La esencia del evangelio Cristiano es que estamos invitados a esta experiencia ahora, hoy. Todos somos invitados a morir a nuestra propia auto-importancia, nuestro egoísmo, nuestras limitaciones. Estamos invitados a morir a nuestro exclusivismo… Nuestra invitación a morir también es a surgir a una nueva vida, a la comunidad, a la comunión, a una vida plena sin temor. Supongo que sería difícil estimar a que le teme más la gente -la muerte o la resurrección. Pero en la meditación perdemos el miedo porque nos damos cuenta qué la muerte es muerte al miedo y la resurrección es surgir a una nueva vida.
Cada vez que nos sentamos a meditar entramos en los ejes de la muerte y la resurrección. Hacemos esto porque en nuestra meditación vamos más allá de nuestra vida y todas sus limitaciones hacia el misterio de Dios. Descubrimos, cada uno por su propia experiencia, que el misterio de Dios es el misterio del amor, amor infinito-amor que echa afuera todo temor.
Después de la meditación, Eckhart Tolle, THE POWER OF NOW (Novato, CA: New World Library, 1999), págs. 185-186
La aceptación del sufrimiento es un viaje hacia la muerte. Enfrentando un gran dolor, permitiendo que sea, quitando tú atención de él, es entrar a la muerte conscientemente. Cuando tú has muerto esta muerte, te das cuenta qué no hay muerte -no hay nada que temer. Solo el ego muere. Imagina un rayo de sol que se ha olvidado que es una parte inseparable del sol y se engaña a sí mismo a creer que tiene que luchar por sobrevivir y crear y mantener una identidad diferente al sol. ¿La muerte de este engaño no sería increíblemente liberadora?
¿Quieres una muerte fácil? ¿Preferirías morir sin dolor, sin agonía? Entonces muere al pasado en cada instante, y permite que el brillo de la luz de tu presencia aleje el pesado ser de tiempo limitado, que pensabas como “tú”.
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos