Cuaresma 2012. Jueves de la primera semana de Cuaresma.
Pide y recibirás…
Si recibimos este tipo de aliento durante el estado mágico de nuestro desarrollo corremos el riesgo de decepcionarnos rápidamente o nos vamos a ver forzados a entrar en gimnasias metafísicas que terminarán por revolver nuestra mente. Aún la mente racional no encuentra como relacionar esta afirmación con la validez de nuestra práctica espiritual.
Pedir… ¿Pero qué? Y ¿qué tan seguido? Y ¿qué vamos a ofrecer a cambio? ¿Mil rosarios? ¿Dejar de beber durante Cuaresma? Sin embargo, para la mente contemplativa, donde la sutileza y la paradoja coexisten, estas palabras de Jesús son perfectamente válidas. Pedir algo es reconocer que no lo tenemos. Y para nuestro ego autosuficiente es humillante y lo pone en peligro pues confesar nuestra necesidad nos hace vulnerables.
El truco está en darnos cuenta de que no estamos pidiendo algo que queremos. Nos estamos solamente poniendo en el estado de pedir – un primer paso hacia la pobreza de espíritu y el desapego radical. Pedir ‘ninguna cosa’ quiere decir que recibiremos todo lo que pedimos, pues en la manera de pedir está la manera de otorgar.
Si escuchamos en silencio caeremos en la cuenta que la respuesta está en la pregunta. No por esto nos vamos a ganar la lotería o consolarnos con alguna fantasía, pero nos va a permitir vivir felices sin ganarla.
Del mismo modo meditar es atención, poner atención sin tratar de poseer ningún objeto de atención y dejando ir todas las imágenes y pensamientos. Oración pura, sin aditivos. No es un juego complejo, pero, como todos los juegos tiene sus reglas. En realidad la única regla es la meditación diaria por la mañana y por la tarde. Y esta no es tanto una regla como el boleto de entrada al juego.
Laurence Freeman OSB
Traducción de Enrique Lavin