5to. domingo de cuaresma 2018

Lecturas bíblicas: Jer 31:31; Heb 5:7-9; Jn 12:20-33 (Sigue leyendo).

La vida es una maldita cosa tras otra. Las personas religiosas con frecuencia tratan con estos problemas construyendo muros y murallas en contra del cambio y de esta forma crean una religión llena de maldición y condenación. La religión debería ser una iluminación y una forma valiente de manejar el cambio en el viaje inexorable hacia Dios. 

Las lecturas de hoy empezaron en la Era Axial - este período evolutivo de la conciencia humana que generó a Buda, las Upanishads, Lao Tse, Platón y los profetas hebreos -. Fue un tiempo de cambio profundo e irreversible en la forma en que nos percibimos a nosotros mismos. Jeremías vio esto como el entendimiento de su pueblo de Dios y de ellos mismos -  la “alianza” la llamaban ellos -  se había movido de una deidad tribal con fieles sumisos que derivaban un sentido de superioridad en su identidad con ella. En su lugar, la “Nueva Alianza” consistiría no de una Ley externa sino de una “escrita en sus corazones.”

El resultado de este cambio revolucionario en la conciencia religiosa fue una nueva percepción de igualdad uniendo a todas las personas. Aquellos que han experimentado a Dios en esta forma van a verse unos a otros de una forma diferente. Enseñar acerca de Dios deja de ser una tarea de arriba hacia abajo. Ahora, “todos me conocerán, el más pequeño no menos que el más grande”.

Esta clase de percepción llevó al Papa Francisco a llamar al clericalismo como una de las tres tentaciones corrosivas de la iglesia. También impulsó a Mary McAleese, la semana pasada, a desafiarlo bruscamente a poner esto en práctica en una iglesia incorregiblemente patriarcal y a respetar la igualdad de las mujeres y hombres en todos los niveles de vida de la institución.

En la segunda lectura, de la Carta a los Hebreos, un rayo de luz de este cambio revolucionario en la conciencia pasó a través de la lente que es Cristo. O, de forma más precisa, pasó de la humildad de Cristo, quien aprendió (¿y quién no?) a obedecer a través del sufrimiento. Solo los líderes que no temen mostrar sus heridas pueden traer la redención a aquellos que los siguen. Si Jeremías ilumina la igualdad de la nueva alianza, Hebreos revela la fraternidad transformativa que Jesús abre a la humanidad a través de su forma de vivir el viaje humano.

En la siguiente lectura Jesús habla en ese tono de voz misterioso que escuchamos en el evangelio de San Juan. Conocemos la Palabra de Dios hecha carne en sus lágrimas y temores humanos. Una maldición tras otra lo han llevado a un último momento lleno de lágrimas y miedo en los cuales él percibe la lógica inevitable de sus enseñanzas: él será rechazado por las estructuras de poder que expone. Él va a fracasar; y solo podemos escoger seguirlo a través de ese hoyo negro o permanecer en una religión que se ha vendido al poder. Curiosa e inquietantemente, esto es lo que la libertad realmente es.

Igualdad profética, fraternidad mística y libertad de espíritu. Estos son los elementos de la revolución en la estamos metidos ahora, nos guste o no. Una revolución que hasta ahora, difícilmente ha empezado.

 

Laurence Freeman OSB

Traducción: Guillermo Lagos (WCCM México)

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