Domingo de Pascua 2018

iLevántate! Vayamos adelante; porque tú en mí y yo en ti, juntos formamos una persona unida. (De una antigua homilía)

Llevó tiempo para aquellos que primero experimentaron la presencia de Jesús resucitado el encontrar palabras para describirlo  – y también la fe para reconocerlo. Sintieron miedo e incredulidad antes de reconocerlo plenamente, antes que la luz se volviera más fuerte y les amaneciera la aurora del reconocimiento.

Y es lo mismo para nosotros.

Hay muchas cosas en el misterio de la vida sobre las cuales podemos decir algo así. Pero en ninguna es tan cierto como en la Resurrección

Él entra en nuestro cuarto sin hacer ruido. Está con nosotros sin ocupar espacio. Nos acompaña sin cobrarnos por su tiempo. Está al centro de todo sin forzar nuestra atención. Es invisiblemente visible.

Él es una nueva manera de ser, hacia la cual nos dirigimos y la que estamos comenzando a vislumbrar ahora. Nos limpia la culpa de las puertas de nuestra percepción.

Él nos sorprende.

Él hace transparente la muerte y radiante la vida.

La Cuaresma nos ha lanzado.

La Pascua está en todas partes.

Podemos decir Aleluya otra vez.

 

Laurence Freeman OSB

Traducción: Enrique Lavín (WCCM México)

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