22 de abril 2018
Photo credit: MAJebara on Visual Hunt / CC BY-NC-ND
De Laurence Freeman OSB, “Forgiveness and Compassion”, ASPECTS OF LOVE (Londres: Arthur James, 1987), págs. 72-74
La única forma de lidiar con la complejidad de las relaciones humanas es la sencillez del amor. En amor no juzgamos, no competimos; aceptamos, reverenciamos, y aprendemos compasión. Al aprender a amar al otro, liberamos la alegría interna del ser que irradia hacia afuera a través de nosotros, tocando a otros a través de nuestras relaciones. Es por eso por lo que las comunidades, familias, matrimonios, no existen exclusivamente para la perfección de aquellos involucrados en esas… relaciones. Existen para irradiar amor… más allá de ellas, para tocar a todos aquellos con quienes tienen contacto.
La visión de John Main de comunidad humana, es que estas son posibles en la medida del compromiso que, en soledad, construimos cada uno con la relación más profunda de nuestras vidas, que es nuestra relación con Dios. Es por esto por lo que al aprender a amar al otro logramos un nuevo entendimiento sobre la unidad de la creación y la sencillez básica de la vida. Vemos lo que significa decir que el amor cubre una multitud de pecados. El perdón es el poder más revolucionario y trasformador de que somos capaces. Nos enseña que el amor es la esencia dinámica de todas las relaciones, las más íntimas, las más antagonistas, y las más casuales también. Es la cotidianeidad de nuestra meditación que nos revela la universalidad del camino del amor.
Después de la meditación: de Thomas Merton, THE WISDOM OF DESIRE: SOME SAYINGS OF THE DESERT FATHERS (Boston: Shambhala, 1994), págs. 66-67
Un hermano en Scete cometió una falta, y los ancianos se reunieron y llamaron al Abad Moisés para que se reuniera con ellos. Él, sin embargo, no quería hacerlo. El sacerdote le envió un mensaje, diciendo: “Ven, la comunidad de los hermanos te está esperando”. Así que se puso en marcha. Y se llevó consigo una canasta llena de agujeros, la lleno con arena, y se la llevó cargando. Los ancianos salieron a recibirlo y le preguntaron, “¿Qué es esto, Padre?” El anciano contestó: “Son mis pecados que vienen corriendo atrás de mi, no los veo, ¡y hoy he venido a juzgar los pecados de otro!”, al escuchar esto, no le dijeron nada al hermano pecador, solo lo perdonaron.
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos