Cuaresma 2019: 5to. domingo.
Quinto Domingo de Cuaresma: Juan 8, 1-11
Miró hacia arriba y dijo, ‘Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra´. Sigue leyendo.
Recientemente, en el pequeño Sultanato de Brunei, el líder nacional sintió el impulso de introducir leyes religiosas más rigurosas para el bienestar de su pueblo. Éstas incluían la amputación para los ladrones y la muerte por lapidación para los homosexuales. Me pregunto cómo habría respondido si hubiera cruzado su mirada con la de Jesús cuando levantó sus ojos de lo que escribía en el polvo mientras la mujer adúltera aguardaba su destino. Sus jueces la castigaban siguiendo la ley al pie de la letra. Jesús borró todos los libros cuando se arrodilló y escribió sus palabras silenciosas en el polvo.
La religión tiene dimensiones morales e intelectuales que conllevan los beneficios de los principios éticos y de símbolos sanadores para las desgracias de la vida. También ayudan a alinear la fe personal y la salud mental social. Pero hay una dimensión adicional oculta en la religión — la mística — que ignoramos a nuestro propio riesgo. Sin la influencia de la experiencia contemplativa, la creencia y conducta religiosa cae lentamente en decadencia, volviéndose insoportablemente superficial o moralista. O simplemente monstruosa.
Cuando estás convencido de que Dios está de tu lado, comienzas a hablar en nombre de Dios; y luego, si otros te empiezan a escuchar, pronto llegarás a creer que eres Dios. La paradoja de la verdadera experiencia religiosa es que, cuando has enfrentado la infinita diferencia y distancia entre tú y Dios, descubres que Dios está más cerca de ti de lo que tú estás de ti mismo. Luego eres atraído a un proceso de unión transformativa que es la contracara de la ‘identidad’. La unión diferencia. La distancia de esta intimidad que está más allá de las diferencias evoca la verdad de lo que dijo Meister Ekhart: ‘no hay distancia entre Dios y yo’.
Esto es menos abstracto de lo que puede sonar. La integridad de la religión debe ser protegida y promovida porque la religión no puede ser eliminada. Al igual que la política, si ha de evitar la corrupción, debe ser continuamente purificada por la verdad. Como la música, debe ser bien tocada. Pero no estoy pensando inmediatamente en los beneficios que esto traería al Sultán de Brunei. Estoy pensando más bien en todas las víctimas de la religión retardada, las mujeres encontradas en adulterio, los homosexuales y los ladrones, los chivos expiatorios de la falsa religión y en todos aquellos que están sentados solos en las celdas de alguna prisión, cuyas vidas han sido arruinadas por la cruel religiosidad de los que se creen con más razón que los demás.
La mujer adúltera toca un sentimiento universal de compasión. Como la Regla de Oro (trata a los demás como te gustaría ser tratado) es irreductible e indiscutible en su simplicidad tanto moral como mística. Sin embargo, nos desconectamos muy fácilmente de su sentido y es por ello que debemos practicar la dimensión contemplativa a través de la Cuaresma y la meditación.
Laurence Freeman OSB
Traducción: Carina Conte, WCCM Uruguay