Cuaresma 2019: Sábado de la 5ta. semana
Sábado de la quinta semana de Cuaresma: Juan 11, 45-56
No se dan cuenta de que es mejor que muera un solo hombre por el pueblo y no que perezca toda la nación. Sigue leyendo.
Fui educado desde pequeño en las riquezas de la fe católica. Su poderoso simbolismo abrió nuevas dimensiones de la realidad para mí. Tenía una imagen tan madura de Dios como podía a esa edad. Sin embargo, cada vez me relacionaba más con esa construcción mental de nuestra imaginación colectiva, distante, elevada, siempre observante y supuestamente amorosa, aunque aterradoramente fría. Un poco como un ladrón de bancos se relacionaría con una cámara de vigilancia.
"Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño". San Pablo insiste en que hemos de crecer en lo religioso y abrirnos a la realidad y no a nuestra construcción mental de la dimensión divina. Estas palabras del Evangelio de hoy provienen del Sumo Sacerdote quien, con una crueldad siempre presente en los pasillos del poder, nos da una clave para esta maduración de nuestra comprensión de la historia de la Pascua. Este recontar la historia pronto se acelerará para aquellos de nosotros que estamos siguiendo estas liturgias.
De niño me fue dada una explicación simple, de hecho, una gran sobre-simplificación, de esta historia capaz de destruir mitos. Perdón de la deuda. El sufrimiento y la muerte de Jesús, el inocente cordero sacrificado, se explicaba como el pago de una deuda que la humanidad tenía con un Creador bueno y amoroso. Si preguntabas cuál era la deuda, te contaban la historia del Edén y de la fruta fatal que trajo la muerte y la desgracia a la condición humana. De esta forma se invertía la historia de Santa Claus. Papá Noel te da algo a cambio de nada. Dios Padre castiga al pueblo por cosas que no hicieron y las llama el pecado original. Como la deuda de una tarjeta de crédito que no puedes pagar, la culpa solo iba haciéndose cada vez más grande.
Después de una cierta edad y nivel de reflexión, esto se vuelve un insulto a la inteligencia de la mayoría de las personas. Buscan una explicación mejor o se van a buscar la verdad en otra dirección completamente distinta. El comentario del Sumo Sacerdote ayuda. Revela una dinámica universal de cada sociedad humana y de todas las relaciones comunitarias. Rene Girard, el pensador francés, lo reconoció como un mecanismo de chivo expiatorio por el cual en un tiempo de crisis un grupo en conflicto descarga sus aflicciones en una víctima inocente que es sacrificada, trae una paz temporaria y frecuentemente es divinizada posteriormente. Aún hoy lo seguimos haciendo con los judíos, los gays, los inmigrantes y cualquiera que sea ‘otro’ para la mayoría.
La Pasión del Cristo refleja esta dinámica universal, pero lo hace únicamente desde la perspectiva de la víctima. La máscara es levantada, aunque, como es un mecanismo tan útil, continuamos utilizándolo, eligiendo no ser conscientes de los que estamos haciendo. La Cuaresma y la meditación son capaces de cambiar esta elección y volvernos conscientes de lo que estamos haciendo y de cuál es nuestra verdadera relación con el Padre. El problema no es la naturaleza divina sino la psique humana. ¿Cómo podemos ayudar a las personas a crecer y tomar responsabilidad por sí mismos? Tratándolos como adultos. La historia de Pascua es para adultos.
Dentro de la mentalidad de la multitud, sin embargo, los humanos actuamos como animales o niños pequeños. Seguimos a los fuertes y aplastamos a los débiles si eso parece ser lo más seguro que podemos hacer. La historia que pronto estaremos volviendo a contar revela la enorme soledad de la postura alternativa a la multitud. Muestra como emergen la experiencia personal y el mito. El rechazo, el sufrimiento, la muerte y la tumba son pruebas solitarias. Enfrentémoslo. Pero esto no es toda la historia, ni es, felizmente, el fin de la historia.
Laurence Freeman OSB
Traducción: Carina Conte, WCCM Uruguay