30 de junio 2019

                                                          Photo credit: Pensiero on VisualHunt.com / CC BY-NC-ND


Un fragmento de Laurence Freeman OSB, “JESUS THE TEACHER WITHIN” (New York: Continuum, 2000), págs. 62-63

La pregunta que hace Jesús, ¿Quién dicen ustedes que soy yo? es el regalo que nos da el rabunni: el solo hecho de hacerla nos otorga la “gracia del gurú”. En cada era su pregunta es el regalo que espera ser recibido. Su poder para sencillamente, despertar con sutileza el autoconocimiento es eterno. Santo Tomás usa el tiempo presente cuando habla de la Resurrección. Puede ser entendido como si estuviera diciendo que la resurrección . . . trasciende todas las categorías de espacio y tiempo. De una forma similar los íconos de la tradición Ortodoxa sugieren la misma trascendencia y muestran que el poder de Jesús resucitado es presente, activo continuamente.

El trabajo fundamental del maestro espiritual es este: no decirnos que hacer sino ayudarnos a ver quiénes somos. El Yo que llegamos a conocer a través de la gracia no es separado, aislado, pequeño ego afianzado a sus recuerdos, deseos y temores. Es un campo de conciencia similar e indivisible de la conciencia que es el Dios de la revelación cósmica y bíblica al mismo tiempo: el gran YO SOY.

 

Después de la meditación: Runi, un fragmento de “Love with No Object”, THE SOUL OF RUMI, tr. Coleman Barks (New York: HarperCollins, 2001), pág. 168

¿Has visto a alguien enamorarse 
de su propia sombra? Eso es lo que hemos hecho. Dejar
amores parciales y encontrar aquel 
que es completo. ¿En dónde está alguien que pueda hacer eso? Son
tan raros, esos corazones que llevan
la bendición y la prodigan, sobre todo. Extiende tu
túnica de mendigo y acepta su generosidad. Cualquier cosa que no 
provenga de esto dañará 
la tela, como una piedra filosa
rasgando tu sinceridad. Mantén esto intacto, y usa la claridad;
llámala discernimiento,
tienes dentro de ti una fuerza decisora que sabe qué recibir, y qué rechazar.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos