15 de septiembre 2019
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De Fray John Main OSB, “Smashing the Mirror”, MOMENT OF CHRIST (New York: Continuum, 1998), págs. 50-51
No creo que sea una exageración del decir que el pecado original es la autoconciencia, la híper-autoconciencia del egoísmo, porque la autoconciencia da lugar a la conciencia dividida. Es como tener un espejo entre Dios y nosotros. Cada vez que vemos en el espejo, nos vemos a nosotros mismos. El propósito de la meditación es romper ese espejo para que dejemos de ver el reflejo de las cosas y consecuentemente dejar de verlas al revés, incluyéndonos a nosotros mismos… El espejo debe ser destrozado. Y Jesús nos está hablando de como sobreponerse a la autoconciencia, el espejear del ego, cuando dice que nadie puede ser su seguidor a menos que deje el ego detrás.
No se requiere un gran conocimiento de la vida para darse cuenta de que la autoconciencia nos engaña para que creamos que todo el universo gira a nuestro alrededor; o a concluir que la autoconciencia es un estado lamentable para encontrarse. Tal vez esto es lo que nos trae a la mayoría a la meditación. No queremos ver en ese espejo y ver todo al revés toda la vida. Queremos ver con valentía hacia el infinito misterio de Dios.
Después de la meditación: “Just Now” por W.S. Merwin en THE PUPIL (New York: Knoph, 2001), pág. 62
Justo Ahora
En la mañana cuando la tormenta empieza a soplar
el cielo clarea por un momento y me parece
que ha habido algo más sencillo de lo que puedo creer
para no ser paciente, ni siquiera esperar más oculto
que el aire mismo que se convirtió en parte de mí por un momento
con cada aliento y se mantuvo conmigo sin ser notado
algo que estaba aquí sin nombre, desconocido en los días
y las noches, no separado de ellas
no separado de ellas conforme vinieron y se fueron
debería haber estado aquí ni tarde ni temprano entonces
¿con qué nombre puedo abordarlo ahora ofreciendo mi agradecimiento?
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos