22 de septiembre 2019
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De Fr John Main, “Meaning, Significance, and Purpose” en The Hunger for Depth and Meaning, ed Peter Ng (Singapur: Medio Media, 2007), pág. 149
Es como si estuviéramos corriendo a través de nuestras vidas, y en nuestro corazón hubiera la flama de una vela. Debido a que nos movemos a tan alta velocidad, esta llama esencial interior siempre está a punto de apagarse. Pero cuando nos sentamos a meditar, cuando nos quedamos quietos, cuando no estamos en términos de nuestro éxito o importancia personal, en nuestros propios deseos, cuando solo estamos quietos en sencillez en la presencia del Uno quien es, entonces la flama empieza a arder brillantemente. Empezamos a entendernos a nosotros y a los demás en términos de la luz, el calor y el amor. [. . .] Repetir el mantra nos conduce a la quietud en donde la flama del ser brilla con ardor… y en donde descubrimos que el valor que cada uno de nosotros posee surge de quienes somos en realidad. Descubrimos que estamos arraigados en Dios.
Después de la meditación: un poema por Lai Ded (Siglo 14) en WOMEN IN PRAISE OF THE SACRED: 43 Centuries of Spiritual Poetry by Women, ed Jane Hirshfield (New York: HarperCollins, 1994), pág. 120
Estaba apasionado
lleno de anhelo,
busqué
por todas partes.
Pero el día
que el Uno Verdadero
me encontró,
llegué a casa.
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos