13 de octubre 2019
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Un fragmento de Laurence Freeman OSB, “Understanding Faith” en FIRST SIGHT: The Experience of Faith (London: Continuum, 2011), págs. 13-14
Simplemente afirmar y defender nuestras creencias no es suficiente para llevarnos a una comunidad de fe. Nos hace convertirnos en miembros de una secta, una cabal fundamentalista. Ellas cierran la mente como un órgano de percepción y verdad. Si confundimos la fe y creencias de esta manera, pensamos que la fe nos da un sentido de superioridad sobre otros, acabaremos como el Fariseo quien le daba gracias a Dios por hacerlo diferente a los demás y sentía satisfacción en ser superior a ellos. La mente religiosa que se encuentra en este estado se puede convencer a si misma de que es humilde, identificando creencia a costa de la fe, ocupamos un mundo privado de nuestra creación en lugar del reino de Dios o el reino de Cristo en el cual “no hay Judíos ni Griegos, hombre o mujer, esclavo o libre.” […]
La fe es la carretera del espíritu. Cada acto de fe que hacemos es un descubrimiento del laberinto del espíritu. La creencia, separada de la fe, conduce a una confusión de espejos, una serie de regresiones infinitas, el caos del ego. Esto nos guía a un callejón sin salida y mientras más nos perdemos, sentimos más pánico. Los laberintos solo nos piden el seguir fielmente sus extraños, pero simétricos círculos y curvaturas para guiarnos a casa.
Después de la meditación: “The Way it is” por William Safford en HEALING THE DIVIDE: Poems of Kindness and Connection (Brattleboro, VT: Green Writers Press, 2019), pág. 86
LA FORMA QUE ES
Hay un hilo que sigues. Esta entre
Las cosas que cambian. Pero no cambia.
La gente se pregunta acerca de aquello que persigues.
Tienes que explicar sobre el hilo.
Pero es difícil para otros ver.
Mientras la sostienes no te puedes perder.
Tragedias ocurren; gente es lastimada
o muere; y tú sufres y envejeces.
No hay nada que puedes hacer para detener el tiempo.
Nunca sueltes el hilo.
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos