Lunes de Semana Santa 2012

Ayer comenzamos el Retiro de Semana Santa en la Isla Bere. Entre las liturgias, los tiempos de meditación, los de reflexión, y compartiendo los  evanescentes e inolvidables símbolos de la Pasión, trataremos con todos los que han leído estas reflexiones, de prepararnos para los tres grandes días.

Cada una de estas prácticas espirituales - meditación, liturgia, lectio - refuerza a las otras. Como en una danza, ellas se arremolinan juntas sin competir o chocar, como la propia divina comunión.

Cuando más profundamente buscamos su ayuda más podremos realizar nuestra  plenitud. Nosotros conseguiremos estar menos divididos y conflictuados con nuestro propio interior y entre nosotros y los demás. El viaje hacia la interioridad es una cura de todo lo que nos ha apenado o dañado en nuestras vidas, impidiéndonos  llegar a la plenitud de ser para la que hemos sido diseñados.

El centro de atención es Jesús, no nosotros. Si nos enfocamos en nosotros el peligro inminente sería que nos atascamos en el centro  propio (a menudo sin saberlo). Pero para enfocarnos en El hay que eludir el atasco del egoísmo y caer en la gran libertad de la propia verdad en la que somos uno con El; y luego llegaremos a la mayor libertad de la divina comunión, en la que todo lo que es humano es divinizado.

El hecho de enfocarnos en Jesús nos muestra que no es a través de una serie de triunfos y ganancias que lo hacemos, sino a través de derrotas y desapegos. No es el camino que el ego elegiría pero es la senda secreta directa al Reino.

Laurence Freeman OSB

Traducido por Marta Geymayr

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