6 de diciembre 2020
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Un fragmento de Laurence Freeman OSB, ASPECTS OF LOVE: On Retreat with Laurence Freeman (Londres: Medio Media, 1997), pág. 54.
Podemos aprender a ver la realidad. El solo verla y vivir con ella es sanador. Nos trae a un nuevo tipo de espontaneidad, la espontaneidad de un niño que aprecia la frescura de la vida, lo directo de la experiencia. Debemos recuperar esta espontaneidad para poder entrar en el reino. Es la espontaneidad de la moral verdadera, el hacer lo correcto de forma natural, no vivir nuestras vidas por libros de reglas sino vivir nuestras vidas por la única moral, la moral del amor. La experiencia del amor nos da una capacidad renovada para vivir nuestras vidas con menos esfuerzo, se vuelve menos una lucha, menos adquisitivo, conforme nos abre aquello a lo que nos hemos asomado de alguna manera en algún momento a través del amor: que nuestra naturaleza es esencialmente alegre. En lo más profundo somos seres alegres. Si podemos aprender a saborear los regalos de la vida y a ver lo que la vida es en realidad, estaremos mejor preparados para vivir a través de sus tribulaciones, tristezas y sufrimiento. Esto es lo que aprendemos gentilmente, despacio, día a día, como vamos meditando. La meditación nos lleva a entender lo maravilloso que es lo ordinario. Nos volvemos menos adictos a buscar los tipos extraordinarios de estimulación y distracción. Empezamos a encontrar en las cosas ordinarias de la vida cotidiana el fondo que irradia amor, el poder omnipresente de Dios, que está en todos lados todo el tiempo.
Después de la meditación: “Eagle Poem” por Joy Harjo en HOW WE BECAME HUMAN: New and Selected Poems: 1975-2001 (New York: Norton, 2002), pág. 85.
Para orar abres todo tu ser
Al cielo, a la tierra, al sol, a la luna
A una sola voz que eres tú.
Y sabe que hay más
Que no puedes ver, no puedes oír,
No puedes conocer excepto en momentos
Creciendo constantemente, y en lenguajes
Que no siempre son sólidos, pero otros
Círculos de moción.
Como un águila aquel Domingo en la mañana
Sobre el Río Sal. Círculos en el cielo azul
En el viento limpio nuestros corazones
Con alas sagradas.
Te vemos, nos vemos a nosotros mismos y sabemos
Que debemos tener el máximo cuidado
Y amabilidad en todas las cosas.
Respira, sabiendo que estamos hechos
De todo esto, y respira, sabiendo
Que estamos verdaderamente bendecidos porque
Nacimos, y morimos pronto dentro de un
Verdadero círculo de movimiento,
Como un águila redondeando la mañana
Dentro de nosotros.
Oramos para que sea hecho.
En belleza.
En belleza.
Seleccionar: Carla Cooper
Traductor: Guillermo Lagos