Jueves de la primera semana de Cuaresma

La lectura del Evangelio de hoy es: "Pedid y recibiréis..." Mt 7: 7-12.

El evangelio de hoy ejemplifica cómo no se debe leer y también cómo se debe leer la Escritura - y de hecho la vida.

En el Reino Unido, que tiene un programa de vacunación inmensamente exitoso y rápido, las noticias están llenas de "¿cuánto tardaremos en volver a la normalidad?" Cuando el número de casos desciende, se hacen llamamientos, se pide que se salve la economía y se abra de nuevo. Cuando se dispara, se culpa a alguien por abrir demasiado pronto. Los gobiernos, a los que les gusta caer bien a todo el mundo, se escudan en "la ciencia". Ten cuidado con lo que pides porque puede que lo recibas y no te guste.

El evangelio de hoy se abre con la garantía de Jesús de que si pedimos, lo recibiremos. A cualquiera que llame se le abrirá la puerta y el que busque encontrará. Esto puede ser interpretado de la misma manera a corto plazo y de manera impaciente, que los gobiernos podrían abrir restaurantes y hoteles demasiado pronto. Está claro que pedir lo que se quiere no es como frotar una lámpara mágica y pedir un deseo. “Si lo fuera", podríamos decir. Pero, si la oración fuera un deseo a cumplir, la vida se volvería mortalmente aburrida, nuestra humanidad se reduciría al bajo nivel de un consumidor con crédito infinito cuya vida insatisfecha se pasaría cumpliendo deseos. Si Jesús quiso decir eso y si recibir lo que lo que pedimos significa una gratificación instantánea, pronto estaríamos pidiendo que se eliminara esta gran bendición, que nos la quiten. Anhelaríamos un sufrimiento de un modo más saludable.

Hay una visión más profunda del misterio de la vida en las últimas palabras del pasaje. Jesús establece una comparación entre un buen padre y Dios. Si un niño le pide pan a su padre, ¿le dará éste una serpiente venenosa?

 "De la misma manera, vuestro padre que está en el cielo da cosas buenas a los que piden".

¿Significa esto pedir pero por algo en particular? Pide, pero desde un lugar donde la fantasía no  interfiera con el deseo puro. Busca, pero busca en tu interior y no en el exterior. Busca sin imaginar lo que se busca. Llama a una puerta que no puede abrirse y busca otros medios de entrar. Llama a ambos lados de la puerta.

Termina con la Regla de Oro que se encuentra en todas las tradiciones de sabiduría, la llave universal para entrar en la realidad. Es lo que tenemos que hacer si queremos ser capaces de recibir, de encontrar, de abrir la puerta:

Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti.

Laurence

Traducción WCCM Paraguay

 

 

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