Lunes de la tercer semana de Cuaresma.

Evangelio Ningún profeta es bien recibido en su propio pueblo. Lc 4,24-30. 

"¿Qué te hace sentir bien? (foto de personas delgadas y atractivas divirtiéndose). Puede ser una sesión regular de gimnasia, o tal vez seas más del tipo "del baño y un libro". Tómate un tiempo cada día para centrarte en ti". Sigue leyendo

Transmito este consejo publicitario de Marks and Spencer (famosa tienda inglesa) que se ha filtrado hoy en mi correo electrónico. Tal vez haya que puntualizarlo, no condenarlo rotundamente. Un rechazo puritano de todas las formas de placer no es propio de Cristo. Un rabino dijo una vez que en el día del juicio se nos pedirá cuentas por cada placer genuino que no hayamos sido capaces de recibir. Una actitud de aceptación del placer y el dolor se encuentra más cerca de la salud moral y espiritual; pero también exige más discreción e incluso autodisciplina para manejar un temor fundamentalista en un sentido sensorial de "sentirse bien".

Sentirse bien en este sentido ordinario no debería considerarse un problema, especialmente en tiempos de Covid, en los que tantos placeres sencillos han quedado fuera de nuestro alcance y se han criminalizado fuera de las burbujas seguras. La gente, para compensar, ha encontrado otras formas de encontrar o intensificar el placer. He visto la cara de un hombre transfigurada por su zoom diario con su nieto antes de que el niño se vaya a la cama. Muchas personas, excluyéndome a mí, han encontrado un intenso placer en un chapuzón diario en agua helada, al que suelen referirse como un despertar del espíritu. Yo encontré un placer más alimenticio en mi ermita al descubrir que podía cocinar un salteado, que antes consideraba muy elaborado y fuera de mi alcance.

En condiciones extremadamente difíciles, la gente puede encontrar un gran placer en formas infantiles y ordinarias. Mientras Etty Hillesum viajaba a los campos de concentración para judíos bajo el régimen nazi, hasta su propio viaje en tren hacia la muerte, describió el feliz placer que le producía observar las flores en primavera o los breves intercambios con las familias a las que ayudaba. Encontrar estos placeres nos ayuda a recuperar un nuevo sentimiento de inocencia que es energizante y alivia cualquier carga de opresión, culpa o vergüenza que hayamos podido llevar. La publicidad que recibí era de placeres comprados on line con tarjeta de crédito y por tanto no se refiere a los que surgen graciosamente del tejido de la vida cotidiana. El viejo dicho "las mejores cosas de la vida son gratis" no encaja con la mayoría de las estrategias de marketing.

Tal vez después del Covid se podrá incluir el placer de recuperar la paz y la plenitud a través de la meditación. El texto anterior podría ser el siguiente: "¿Qué te hace sentir bien? ¿Podría ser una práctica regular de running?  O tal vez seas una persona que se toma un baño, con un libro. Y, por supuesto, tus meditaciones diarias. Tómate un tiempo cada día para sentirte realmente bien apartando la atención de ti mismo”.

Traducción: WCCM Argentina

Categorías: