Viernes de la 2ª semana de Cuaresma 2013
En el evangelio de hoy Jesús toma a sus discípulos cercanos para advertirles de la suerte que les espera tanto a él cómo a ellos en Jerusalén. Inmediatamente, nos dice el evangelio, la madre de dos de ellos se acerca a Jesús con sus hijos, le rinde homenaje y le pide que les dé un buen puesto en la administración de su reino cuando llegue al poder. La disparidad en la comprensión y la inteligencia espiritual es sorprendente y probablemente no ha mejorado en dos mil años desde entonces. Tendemos a poner la mente en blanco en las cosas que no queremos oír y presionamos nuestra propia agenda cuando podemos.
Jesús maneja a esta mujer con mucha gentileza dadas las circunstancias - y también a los otros diez discípulos quienes están celosos cuando escuchan las peticiones de la mujer. Las respuestas de su Maestro reiteran el centro de sus enseñanzas sobre la renuncia al poder y al estatus en todas las relaciones humanas: Quien quiera ser el mayor entre ustedes deberá ser su sirviente; quien quiera ser el primero entre ustedes deberá ser su esclavo.
Tal vez aquellos que detentan el poder en las instituciones pueden experimentar la verdad expresada en estas palabras cuando renuncian. Los Papas medievales se llamaban a sí mismos “sirviente de los sirvientes de Dios” lo cual suena muy bien excepto que nadie lo creía. El Poder permanece como la gran tentación. La jerarquía, que genera poder, es la antítesis de la vida espiritual.
La práctica espiritual verdadera nos ayuda continuamente a poner los pies en la tierra, donde todos los demás están parados. Desprecia la pompa y circunstancia, la intriga y la falsa piedad. La Cuaresma debería ser un tiempo especial para la promoción de la justicia social a través de la práctica contemplativa. Tal vez es muy apropiado entonces, que los príncipes de la Iglesia Católica se estén reuniendo para elegir al nuevo sucesor de Pedro justamente en esta temporada.
Traducido por Guillermo Lagos