Domingo de Pascua 2013

La Resurrección es descrita – no como un evento que hubiera sido grabado de haber estado un camarógrafo presente – sino como una experiencia en las gentes a las que se apareció. Eso fue simultáneamente una intensa experiencia personal y una poderosa experiencia comunitaria. Cambió a los individuos que la sintieron y creo una comunidad confiada y centrada en el otro en vez de un grupo disperso y miedoso de dudosos con el corazón hecho pedazos.

La persona que se manifestó entre y a los discípulos era evidentemente la misma que habían conocido y amado previamente. El murió después y ya había sido enterrado. El espacio de su ausencia era doloroso y sin relleno. Ahora estaba presente para ellos una vez más. De manera única, expandió su idea de plenitud más allá de cualquier límite que hubieran conocido antes.

El no dio explicaciones ni describió donde estuvo o como era ese lugar más allá del horizonte de la vida biológica. Simplemente estaba entre ellos y sus miedos y dudas, energizándolos sin retórica y dándoles sin obligarlos, un nuevo propósito de vida. No les dijo lo que quería decir la Resurrección. Mientras no lo sepan en su propia experiencia, las palabras no lo pueden comunicar. El solo fue el mismo – sin doctrina pero con una intensidad inmediata y una claridad que los llamó irresistiblemente a un nuevo nivel de existencia.

Ver un muerto puede asustar. Es un miedo universal que los muertos resentidos nos pueden asustar para vengarse de nosotros. Cada cultura, Hollywood incluido, siempre nos cuenta algo espeluznante. Pero esto no es una historia de fantasmas. Ellos no vieron a una persona muerta sino a una persona totalmente viva, que no los culpa, totalmente libre, que los llena de vida. 

Esta semana en la Isla Bere hemos visto a veces al sol en cielos azules y otras más atrás de una cubierta de nubes. Pero aun cuando el sol estaba escondido, su luz penetraba las nubes, inundando la tierra y haciendo suceder la primavera.

La clorofila es una biomolecula esencial para que suceda la fotosíntesis que permite a las plantas absorber energía de la luz. La Resurrección, que a la vez es y no es como los ciclos de la vida, sucede dentro de las profundas estructuras de la naturaleza donde todos los niveles de existencia se conectan.

Jesus Resucitado, que nos capacita para un nuevo modo de vivir, no es la clorofila. Ese elemento ya está en nosotros, nuestra capacidad para vivir en una plenitud más allá de la maravillosa forma material del cuerpo.

Él es la luz que absorbemos y que con el tiempo nos hace tan gloriosos como Él.

Traducción de Enrique Lavin

 

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