22 de septiembre 2013

 
 
Un extracto de John Main OSB, “Growing in Love,” in THE HUNGER FOR DEPTH AND MEANING (Singapore: Medio Media, 2007), p. 134.
 
Todo aquel que persevere en la meditación descubre que aunque durante nuestro tiempo de meditación parece que nada cambia, gradualmente nuestra vida cambia.
Tenemos que ser pacientes, tal vez nos gustaría que cambiara más rápido. Nuestro pensamiento se aclara, nuestras relaciones se vuelven más amorosas. Esto es porque en el proceso de la meditacion, el Amor nos hace ser libres para amar. 

La razón es muy simple. Cuando meditamos, no solo nos separamos de las operaciones individuales de nuestro ser, pero aprendemos a encontrar un nuevo terreno en donde pararnos. Descubrimos un enraizamiento del ser. Este enraizamiento no esta solo en nosotros, nos descubrimos enraizados en Dios. Enraizados en Dios que es Amor.
La paz, la quietud y la armonía que experimentamos en la meditacion se vuelven las bases para nuestras acciones. Todos nuestros juicios están ahora iluminados, inspirados por amor, porque sabemos que el amor es el verdadero fundamento de nuestro ser. Todo esto se da pues dejamos de pensar en nosotros. Nos permitimos ser, en quietud, en silencio. Y en esa quietud y silencio, nos encontramos en Dios, en amor…
Lo importante no es preocuparnos por cuanto tiempo tardamos. No importa. La única cosa que importa – y lo que me gustaría comunicar a todos aquí esta tarde-lo único que tiene importancia es que estamos en el camino. Es un camino que nos aleja de nuestro yo, de nuestro egoísmo, de nuestro aislamiento. Es un camino directo al amor infinito de Dios.
 
 
Después de la Meditación: “From a Country Overlooked” by Tom Hennen in DARKNESS STICKS TO EVERYTHING (Port Townsend, WA: Copper Canyon Press, 2013), p. 74.
 
Desde un país pasado por alto.
No hay creaturas que no puedes amar
Una rana croando a Dios
Desde la acequia llena de luna
Conforme estás en el camino en la noche de Junio
El sonido es suficiente para que las estrellas lloren de felicidad.
En la mañana el paisaje verde
Se levanta de la tierra por el olor del pasto
El dia es llevado a través de sus horas
Sin esfuerzo por los brillantes insectos 
que viven sus vidas secretas.
El espacio entre los horizontes
Nos duele con su belleza
Las hojas del álamo llaman en una lengua antigua 
Al frio más lejano y oscuro en el universo
El álamo también te habla a ti
Sobre la brisa y la luz iridiscente del sol.
Estas en casa en este gran espacio vacío
Junto con los mirlos de alas rojas y la ciénega.
Estas a gusto aquí en este lugar
Tan lleno de gracia y presencia, que brilla como joyas regadas en el agua.
 
Tradujo Enrique Lavin