Lunes de la primer semana de cuaresma, 10 de marzo 2014

Cuando iniciamos una dieta, nos hacemos miembros de un gimnasio o nos inscribimos en un curso que durará varios meses, estamos reconociendo el valor de la ascesis. El significado original en griego, es un ejercicio o entrenamiento que involucra perseverancia y dedicación. Lo admiramos inmensamente en atletas pero no porque los haga ricos o famosos. Valoramos su dedicación y el momento de desprendimiento en que se convierte en su desempeño actual. 

Cuando se trata de nosotros, nos sorprendemos muchas veces por nuestra propia mediocridad y nos apenamos por nuestra falta de resolución o la debilidad de nuestra voluntad. Pero deberíamos seguir tratando, que es lo mismo que hacen los atletas.

El mantra es ascesis. Esto es muy diferente de decir que es una herramienta o una técnica. Todo lo que hacemos por supuesto tiene un aspecto técnico o se hace buscando algún efecto. Pero lo que hace la diferencia es la manera como se hace y la motivación detrás de ello. La ascesis llega mucho más profundo y libera poderes que nos transforman desde dentro. Si iniciamos esta temporada cuaresmal de renovar, renacer y simplificar como un tiempo para hacer realmente que la meditación sea parte de nuestra vida diaria, no podemos dejar de sentir esta transformación en el trabajo. Aquellos que perseveren llegarán primero. (Los que permanezcan, serán salvos).

Traducido por Enrique Lavín.

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