Martes de la primer semana de cuaresma, 11 de marzo 2014

Busca un lugar tranquilo y un tiempo que se acomode a tu rutina diaria, de preferencia temprano por la mañana y temprano por la tarde. Siéntate cómodo, con la espalda derecha, en una silla o en un cojín, si prefieres. Cierra tus ojos suavemente. Observa tu respiración por unos cuantos momentos. Esto tranquiliza la agitación de tu mente y te muestra que puedes ser sin estar amarrado a tus pensamientos.

Comienza a repetir tu mantra en silencio y repítelo con gentileza, fidelidad, continuamente, sin juzgar. Yo recomendaría la palabra maranata. Alguna parte de tu mente va a querer mantenerse aparte de esta práctica que es simple y que ocupa la atención. ‘Diré el mantra y haré después mi declaración de impuestos o pensaré en alguna película o planearé mi día’. Abandona este enclave de separación y control. Entrega al mantra todo lo que tienes y serás todo lo que eres. 

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