Viernes de la 1er. semana de cuaresma, 14 de marzo 2014
Los grandes místicos no son personas que odien el mundo. Por el contrario, ellos están enamorados de la belleza y de los placeres de la vida. Si hacen énfasis en el desapego es porque ven lo que vio Diadoco de Fótice: Nos transformamos en lo que somos cuando nuestra alma pone su atención en el placer verdadero y se une a Dios, tanto como nuestro poder vital desea.
Tenemos el potencial de convertirnos en más de los que somos. Poner atención a la auténtica felicidad hace esto posible a través de la unión con lo más profundo de nuestro ser, asumiendo que realmente lo queramos, y mostremos que queremos quererlo llevando a cabo nuestra práctica cada día.
Laurence Freeman OSB
Traducido por Guillermo Lagos
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