Domingo de la 2ª. semana de cuaresma, 16 de marzo 2014

 

“Ahí en su presencia se transfiguró: su cara brilló como el sol y su túnica se volvió tan blanca como la luz”. Curiosamente, podría ser un tibetano, leyendo el relato de la Transfiguración en el evangelio de hoy, quien no tenga un problema en verlo como un acontecimiento real, mientras que un cristiano con mentalidad científica podría verlo como simbólico. De cualquier manera, el significado es claro. Había más sobre Jesús que lo aparente. Eso de más, la luz transfigurada, podría ser visto bajo otra perspectiva, otra clase de percepción. Blake dijo que si nuestra percepción es nítida podemos ver todo como realmente es - infinito. Es imposible imaginar ver algo que es ilimitado. Los límites crean la forma de los objetos. Pero purifica tu mente y te sorprenderás de lo que puedes ver. Cuarenta días es suficiente para empezar y si la Cuaresma no nos está sorprendiendo, no está funcionando.

Traducción de Guillermo Lagos

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