8 de febrero 2015
Un extracto de Laurence Freeman OSB: Dearest Friends, WCCM International Newsletter, Enero de 1997
Recordar es literalmente “llamar a la mente”. Es, por lo tanto, ser recordado a aquello de lo cual nuestra distracción y olvido con frecuencia nos desconecta. Cuando vamos al internet “en línea”, nuestra computadora nos conecta a la gran mente de la red del internet…. Pero la conexión es por supuesto falible precisamente porque solo es tecnología. Todos hemos experimentado una desconexión repentina y hemos recibido un pequeño mensaje que nos pregunta si queremos ser conectados nuevamente.
El Espíritu Santo, de una forma similar, interviene en el momento de necesidad en medio de nuestra falibilidad humana. No demanda cosa alguna, solo pregunta si deseamos ser reconectados… Ser recordados o re conectados es un acto de redención, de compasión siempre disponible, la cual en el curso de una vida se puede convertir en un patrón profundamente arraigado. Nos hacemos el hábito de vivir conscientemente, de ver a Dios en todas las cosas… Aprendemos a creer que somos amados. Entendemos que los buenos hábitos eliminan a los malos hábitos…Desarrollamos una percepción hacia los patrones del pasado, presente y futuro. Nos damos cuenta que los errores surgen de vivir en el pasado o en el futuro, que tan fácilmente podemos quedar atrapados en los patrones que han perdido la capacidad de cambiar o nos pueden poner, en el futuro, a la deriva en los remolinos de impaciencia, ansiedad, o fantasía.
El que la Palabra se haya hecho carne sucedió en un momento histórico pero también sucede en cada momento. La contemplación es ser consciente de esta encarnación y permanecer consiente de ella requiere el trabajo de la meditación… sin el continuo trabajo de la oración, de ser traído a la realidad en el aquí y el ahora, con frecuencia perdemos el regalo del momento porque estamos pensando en lo que hemos perdido o lo que esperamos que pase mañana.
Es por esto que la meditación se trata acerca de vivir el momento de Cristo como John Main lo entendió profundamente. No se trata de pensar en Cristo como fue o como volverá otra vez sino acerca de estar en Él ahora y ser transformados en su ser. Esto no es un momento histórico estático, sino un fluir, un florecer un desenvolvimiento del Ser mismo…..
El practicar la meditación es la única manera de aprender lo que significa la meditación y como su significado es mucho más importante que lo que parece a aquellos que quieren obtener alguna ganancia de corto plazo; y mucho más que aquellos que creen que al meditar están haciendo que pase algo. Al aprender a meditar llegamos a entender cómo debemos decir el mantra y la manera en que decimos el mantra refleja nuestra forma de ser, la forma en que amamos y la forma en que amamos cada día.
Debemos decir el mantra sin impaciencia, sin fuerza o alguna intención de violencia. El propósito del mantra no es bloquear nuestros pensamientos. No se trata de aparato para crear interferencia. Si los pensamientos nos atacan mientras meditamos volteamos la otra mejilla. Al decir el mantra gentilmente aprendemos de El quien es gentil y humilde de corazón… Nuestras vidas se volverán, día a día, un comentario de nuestra oración. Nuestra oración ya no consistirá en un comentario sin fin de nuestras vidas. Nosotros mismos nos volveremos una oración permanente, lo cuál es el objetivo del camino Cristiano.
Después de la meditación, Rumi, un extracto de “Love with no object,” THE SOUL OF RUMI, tr, Coleman Banks (New York: Harper Collins, 2001), pág. 168
Has visto a alguien enamorarse Con su propia sombra?
Esto es lo que hemos hecho. Dejar amores parciales y encontrar el uno que es pleno.
Donde hay alguien que pueda hacer esto? Son tan raros aquellos corazones
Que llevan la bendición y la derraman sobre todas las cosas. Reten tu túnica
de pordiosero y acepta su generosidad. Cualquier cosa que no venga de ahí
dañará la tela, como una piedra filosa arrancando tu sinceridad.
Mantenla intacta, usa la claridad; llama al discernimiento,
Tienes dentro de ti la fuerza decisiva que sabe que recibir, y de que alejarse
Traducción: Guillermo Lagos