Lunes de la 3ª semana de cuaresma 2015. 9 de marzo
Lucas 4:24-30 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es aceptado en su propia tierra.
¿Cómo puede ser que una visión tan radicalmente contraria culturalmente a la idea del éxito mundano se haya vuelto una religión mundial con jerarquías, planeadores estratégicos, fuerzas políticas y un deseo de que todo el mundo se adhiera a ella? La respuesta es porque no teme al pecado. Porque ve a su fundador como quién 'se volvió pecado por nosotros'. Porque es acerca de encarnación, no de sublimación.
Pero no debemos olvidar nunca - y la Cuaresma no nos lo permite - que no podemos perseguir el éxito, la aceptación y el aclamo popular como los objetivos auténticos de la vida y a la vez ser reales.
Mucha gente siente que falla en la meditación. Sí y no. Es verdad que no obtienen la perfección que buscan y eso puede parecer que se quedan cortos. Muchos entonces se rinden porque su ego los ha condicionado a pensar que sólo el éxito tiene significado. Sólo el éxito se ve recompensado. Gran error. Aquellos que perseveran en la práctica, despiertan, en el proceso de caer, descubriendo que, aunque no son perfectos, están ganando una victoria que no se habían imaginado. Es la victoria de la fidelidad: la fuerza de la transformación radical. En la meditación no anotamos goles, pero ganamos el partido.
La mayoría de la gente que se mantiene fiel a la práctica encuentra la libertad interior que viene al acoger una disciplina. Ellos añadirán, menospreciándose, que no son buenos meditadores.
La experiencia de la meditación es diferente a cualquier otra. Es muy difícil de definir porque es una entrada a una simplicidad tan radical que perdemos las mismas palabras que la describirían. Debido a que penetra sutil y gentilmente hasta el más profundo centro de nuestra existencia, involucra e influencia todo en nuestra vida con una capacidad maravillosamente unificadora. El pasado y el futuro se unen en el presente. Los miedos y las obsesiones se deshacen. Vemos lo bueno en nuestros enemigos. El amor nos expande y nosotros expandimos el mundo amándolo. Toda consciencia contemplativa (esto no significa 'yo') es capaz hasta cierto grado, de absorber el mal dentro del bien.
En el proceso, se reduce la tensión arterial, el estrés disminuye y podemos dormir mejor por la noche. Estas son sólo algunas notas de la gran música del ser que podemos escuchar al hacer de la meditación parte de nuestra vida. Aún seremos capaces de ver la música que toca a diario en la vida cotidiana.
Pero eso te puede chocar por sonar demasiado místico. Sin embargo, con la atención del estar simplemente conscientes, centrados en el otro y el auto conocimiento que desarrollamos en Cuaresma, nos despertamos a lo simple, unificado y 'bueno' de una manera que es más profunda que cualquier sentido moral de la palabra - durante cada momento de cada dia. Por eso nos mantenemos en la práctica e ignoramos al sentimiento egocéntrico de fracaso y no hacemos caso de lo que la gente diga.
Laurence Freeman OSB
Traducción: Guillermo Lavin