14 de junio 2015
Extracto de Laurence Freeman OSB, "Meeting the Other," LIGHT WITHIN: The Inner Path of Meditation (New York: Crossroad, 1989), p. 67
Cuando meditamos aprendemos a dejar atrás todas las imágenes de nuestro yo porque las imágenes son extrañas a nuestro propio yo. Son como etiquetas imprecisas. Nuestro auto análisis etiquetador, que se cree tan listo, nos aísla del conocimiento de nuestro yo verdadero y del encuentro redentor con la realidad. Nos dejamos hacer prisioneros de nuestra auto consciencia. Sólo tenemos que entender que hemos sido libetrados y que la libertad perfecta se alcanza en la profundidad de nuestro espíritu en la libertad de Cristo, la libertad de la pureza de su amor. Podemos encontrar esa realidad si aprendemos a ser simples, a aceptar la gratuidad del don y a ser fieles al don.
Si aprendemos a decir el mantra, nos enseña a amar y nos irá enseñando como trascender las imágenes de nosotros hacia una imagen con la realidad de Cristo. Nos enseñará a ser quienes somos y a conocer la alegría de estar en comunión.
Después de la Meditación, “Black Swallowtail,” Mary Oliver, RED BIRD (Boston: Beacon Press, 2008), p. 40.
La oruga,
Interesante pero no exactamente agradable,
Jorobado caminaba entre las hojas de perejil
Comiendo, siempre comiendo.
Entonces, una noche se fue y en su lugar
Un pequeño confinamiento verde
Cuelga de dos hilos de un tallo de perejil.
Creó que no se llevó nada, excepto fe y paciencia.
Y una mañana, se expresó como el ser más bello.