1 de Noviembre de 2015
Un extracto de Laurence Freeman OSB, CHRISTIAN MEDITATION NEWSLETTER, Vol. 34, No. 3, October 2010, pp. 4-5.
El otro es esencial para la mente mística y amable. La otredad estimula a la mente a dejar ir sus puntos fijos y trascender, aumentando la visión que tenemos del mundo y de nosotros en él… es un poco de lo que entiendo por “una mente católica,” pues se enfrenta abiertamente a lo que no puede describir o controlar. La mente católica intuitivamente busca incluir antes que rechazar, aun cuando pudiera enfrentarse a un abismo de diferencia con el otro [. . .]
Nos volvemos católicos en este sentido pleno e incluyente solamente por medio del crecimiento, por pasar a través de las etapas de sanación e integración. Así que ninguno de nosotros es católico todavía, ni el mismo Papa. Siempre hay a donde ir. Pero la alternativa a este proceso ... es la mente sectaria que objetifica al otro y a través del miedo y el placer del poder, niega su subjetividad pura, su esencia. Social e históricamente hemos actuado así con inmigrantes, judíos, homosexuales y otras minorías fáciles de atacar, y sobre todo, a la mitad de la raza humana a través de la patriarcal y violenta exclusión de las mujeres.
Al hacer esto, nos excluímos del todo y por lo tanto de lo Sagrado. Dios es siempre sujeto, el gran YO SOY, independientemente de nuestros esfuerzos para objetificar y manipular. Nos encontramos con esta pura emanación del ser en nuestro propio y profundo silencio, no en la ideología o la abstracción. Y lo hacemos de diversas maneras, en cada uno y en la belleza y maravilla de la creación, el océano del ser, del sufrimiento y del éxtasis, en que nosotros y hasta el mismo creador hemos nadado. Porque este crecimiento requiere profundidad y la profundidad requiere silencio, la mente católica... necesita contemplación. Pensar en la contemplación como un tipo de lujo, relajación u ocupación del tiempo libre es fallar por completo en entender el significado de la apertura de la mente católica como el único camino esencial que tenemos para glorificar a Dios.
Después de la meditación: "Buscando diferencias" - “Looking for the Differences” por Tom Hennen en DARKNESS STICKS TO EVERYTHING: Collected and New Poems (Port Townsend, WA: Copper Canyon Press, 2013), p. 106.
Buscando las diferencias
Me llama la atención la otredad de las cosas
más que su igualdad. El modo que una pequeña pila de nieve
se detiene en una rama en el alto pino, por sí sola, más arriba de donde
la puede ver la gente, lejos del alcance del perro callejero.
Se recuesta contra la rugosa corteza del pino, ocupada en alguna
forma de existir que no me necesita.
Es la diferencia entre los objetos lo que amo, lo que me eleva
hacia el resto del universo, lo que me llama la atención. Que cada
cosa en la tierra tiene su propia alma, su propia vida, cada árbol,
cada terrón está lleno del lodo de su propia estrella.
Miro donde piso y veo la hoja caída, el viejo pasto roto, una piedra helada
están justo en el lugar indicado en la tierra, cuidadosos, como realeza
en su propio país.
Traducción Enrique Lavin