31 de enero 2016
Extracto de “Dearest Friends”, Una carta de Laurence Freeman OSB, Boletín de la Meditación Cristiana, Vol. 35, No 1, Abril de 2011
No existe tal cosa llamada Judío o Griego, esclavo u hombre libre, hombre o mujer; porque todos ustedes son una persona en Cristo Jesús (Gal 3:28). Esta reflexión tan característicamente Paulina pone lo social y lo místico en el mismo plano. Como el mismo Jesucristo, socaba todas las estructuras de poder por medio de las cuales las diferencias entre la gente son llevadas a un nivel absoluto- las castas, clases, sistemas religiosos, económicos o culturales en los cuales vivimos localmente. Confronta los ambientes locales seguros contra la vista inquietante y abrumadora de lo global en donde los horizontes se colapsan hacia adentro. Conforme van cayendo, emerge lo universal- siempre más como una forma de percepción que como un objeto de percepción (…..)
El conocer al Cristo resucitado, cósmico es estar “en Cristo”, como queda claro de las historias de la resurrección, él no puede ser tomado como un objeto o simplemente visto. Tan pronto como tratamos de hacer esto él desaparece. Él necesita ser visto y solo lo podemos ver desde el nivel de la conciencia que la frase “en Cristo” trata de describir. Es más fácil describir los efectos de esta experiencia que explicar como sucede. Así que Pablo quién conocía esta experiencia de primera mano y fue, según nos cuenta, transformado por ella, nos dice que “si alguien está en Cristo la nueva creación ha llegado. Lo viejo se ha ido y lo nuevo está aquí.” (2 Cor. 5:17)
La resurrección nos manda de regreso a este mundo de una nueva forma, con una visión y entendimiento renovados. La nueva creación es una forma de vivir en el mundo, liberado de las viejas compulsiones, de adicción a la violencia como una forma de resolver los conflictos y de los patrones repetidos de opresión y explotación que han culminado en nuestra crisis presente.
El reto de un Cristiano contemporáneo es que identificar nuestra crisis con el misterio Cristiano no significa que resolvamos el problema bautizando a todos. (…..) El significado de misión ha cambiado para el Cristiano moderno porque los caminos del mundo han cambiado así como la dirección a la que se dirige. La identidad Cristiana evoluciona -se ha enriquecido y elevado- cuando arriesgamos nuestra fe en un encuentro real con los problemas del mundo. Para estar por encima de la lucha, juzgando desde una posición de superioridad es terminar con una mentalidad de fortaleza, un fundamentalismo y exclusivismo los cuales eventualmente terminan destruyendo la fe porque erosiona la compasión. Creer en una nueva creación, sin embargo, significa que podemos ayudar a inclinar la crisis colectiva hacia la esperanza y el cambio positivo en lugar de desesperación y catástrofe.
Después de la meditación: “One Song” de THE SOUL OF RUMI: A New Collection of Ecstatic Poems (New York: Harper-Collins, 2001) pág. 47
UNA CANCIÓN
Lo que es alabado es uno, así que la alabanza es una también,
muchos jarros se vierten en una gran vasija.
Todas las religiones, todo este canto, una canción.
Las diferencias son solo vanidad e ilusión.
La luz del sol se ve ligeramente diferente en esta pared que en esa otra
y muy diferente en aquella, sin embargo es una sola luz.
Hemos tomado prestadas estas ropas, este tiempo-espacio
y personalidad, de una Luz, y cuando alabamos, las vertemos de nuevo.
Traducción: Guillermo Lagos