7 de febrero 2016
Extracto de Laurence Freeman OSB, Ash Wednesday, Lent 2008”, págs. 2-3
La cuaresma es el tiempo en que purificamos y refinamos los sentidos espirituales e identificamos lo hábitos y patrones que los contaminan. Los medios para hacerlo son los ejercicios que llevamos a cabo durante esta época. No es un tiempo para el auto castigo o represión. Hoy especialmente, en día la mente humana es muy frágil para eso. Pero cuando un amigo tiene el valor de decirte algo que no quieres oír, al exponer una falta o deshonestidad de la que eres culpable, ¿no sientes (al final) gratitud de su expresión de amor y preocupación por ti? No es la condenación sino el “arrepentimiento” lo que hace acelerar el camino espiritual. Arrepentirse significa no sentirse culpable, que es una pérdida de tiempo y espíritu. Significa ser honesto, lúcido y con suficiente valor para cambiar de dirección.
Antes de cambiar de dirección es conveniente hacer una pausa. La cuaresma es un tiempo sobre todo para dar más tiempo del que normalmente pensamos que podemos dedicarle al funcionamiento de nuestra vida espiritual. No es solo el renunciar a algo sino hacer algo más, o menos. Algunas veces las dos cosas se pueden balancear, menos tiempo viendo la televisión, más tiempo leyendo, acostarse más temprano, levantarse más temprano a meditar en la mañana, escuchar las noticias solo una vez al día, rezar las horas con mayor frecuencia, comer menos y mejor, vivir y comunicarse más sanamente.
Por supuesto, es más fácil mantener las buenas intenciones cuando estas son realistas. Es mejor disminuir la velocidad gradualmente cuando se va a cambiar de dirección, o de lo contrario puedes quedarte dando vueltas. El objetivo de la disciplina de la cuaresma es reducir el momento del rechazo real o implícito y permitir que surja y nos envuelva la experiencia de saber que somos amados. Este conocimiento (sin importar como nos llegue) es de hecho el “conocimiento” de Dios. El cambio del momento es la quietud. Por eso,
Estén quietos y sapan que soy Dios (Salmo 46).
Después de la Meditación, “Outside Work” por Tom Hennen en DARKNESS STICKS TO EVERYTHING: Collected and New Poems (Port Townsend, WA: Copper Canyon Press, 2013) pág. 120
Trabajo exterior
En estos…. días cuando aún la luz del sol está fría, me
siento felizmente solitario como la abeja salvaje que viene en busca
de la última flor antes de la nevada.
Me muevo mareado entre los lugares calientes en el día.
Mis músculos también están tiesosconforme me muevo entre las sombras.
El frio repentino me hace temblar.
Me muevo entre las telarañas flotantes y llego a un claro en la luz del sol
en donde la tierra está a punto de quedarse dormida en su propia ensoñación.
En el sueño la abeja y yo somos niños de la misma familia.
Nunca hemos dejado la casa. Todo sabe a miel.
Traducción: Guillermo Lagos