Tercer miércoles de cuaresma, 02 de marzo 2016

'Es una senda angosta la que conduce a la vida y pocos son los que la encuentran'. Como el símbolo cristiano de la pobreza de espíritu o la idea budista de vacío, la angostura, no suena muy atrayente al principio.


Asociamos esas ideas con constricción, limitación de nuestra libertad de movimiento e intelectualmente con estrechez mental, puntos de vista prejuiciosos. Por lo tanto, ¿cuál sería la bondad de un sendero angosto?

En primer lugar, es realista. Cuando se toma una foto de primer plano, se estrecha el zoom al acercarnos tanto como uno pueda y a la vez se mantiene el foco. Se puede uno acercar al objeto aunque esté físicamente lejos de él. Si le interesa una foto panorámica, igualmente tiene que enfocarse en algo pero lo que se gana en expansión se va perdiendo en el sentido de intimidad. Una senda estrecha es un buen símbolo porque sugiere soledad, lo que significa un único encuentro personal, no aislamiento o sentirse solo. En una senda estrecha que transitas con otros, podrías ir en una fila única pero al mismo tiempo sentirte junto con los demás.

La meditación es una senda estrecha- solitaria en un modo de zoom, enfocando totalmente en el mantra. Pero luego de la meditación, cuando retornas a las anchas autopistas de la vida, dejas el zoom, y todo el contexto se vuelve aparente- o al menos lo que puedes abarcar del todo. La gran imagen se vuelve más definida y mejor enfocada gracias al tiempo dedicado al primer plano.

Cuando observamos una gran vista panorámica intuitivamente buscamos objetos o ángulos a los cuales enfocar y que organizan, dan significado a la amplia vista. El tiempo que pasamos en la senda estrecha no deja de estar relacionado a la carretera transitada de la vida. De hecho, con suficiente práctica, no perdemos el contacto con el primer plano de los tiempos de meditación, aun cuando estemos re-inmersos en actividades e interacciones. La habilidad de mantener un primer plano-dual, o sea estar callados en medio de la acción, de estar en silencio mientras nos comunicamos - es a lo que Jesús se refería al decir  'solo una cosa es necesaria' cuando calmaba a la Marta fragmentada.

La senda estrecha nos conduce a la vida bien vivida, la fila única a la comunión, la vista del primer plano al panorama cósmico. Y '¿pocos son los que la encuentran?' Esto no significa que solo un selecto número de personas está autorizado a entrar al sendero, sino que no muchos dan su tiempo y espacio para descubrirlo. Ninguno como Jesús, quien la ha encontrado, lamenta que no más personas la encuentren.

Por ello, la Cuaresma es especialmente un tiempo para ahondar nuestro conocimiento de la senda estrecha.

 

Traducción: Marta Geymayr

Categorías: