13 de noviembre 2016

Fragmento de Laurence Freeman OSB, “Letter Four” en THE WEB OF SILENCE (London: DLT, 1996). Págs. 42-43


La meditación agudiza nuestra sensibilidad ante las muchas fuerzas no naturales que están en juego hoy en día. La alienación de nuestra verdadera naturaleza --compasiva y bondadosa-- espiritual solo puede corregirse aprendiendo otra vez cuál es nuestra  naturaleza verdadera. (…) (Al) encontrar nuestra verdadera naturaleza, con nuestra conciencia reflejando y participando en la conciencia divina, experimentamos al mismo tiempo paz y libertad. La paz surge de la certidumbre del conocimiento de que nuestra naturaleza está arraigada en Dios y es tan real como Dios. Es la paz que nos da un empoderamiento total al pertenecer a lo que sabemos que jamás nos va a rechazar o repudiar, la auto-confianza basada en el amor. La libertad brota del… saber que aquello a lo que pertenecemos nos pertenece. El arraigo permite la expansión, tal como el voto de estabilidad de San Benito permite la transformación continua.

En la faz de las crisis contemporáneas, debemos preguntarnos porque meditamos. Lo preguntamos no con la intención de socavar nuestro compromiso sino refinarlo y profundizarlo. No estamos en la búsqueda de experiencias interesantes. La meditación no es información tecnológica. Es acerca del conocimiento que nos redime, conciencia pura…. Este conocimiento redentor y recreativo es la sabiduría de la que carece nuestro tiempo. La podemos reconocer y la podemos distinguir de las falsificaciones  porque ninguna reclama o exhibe ningún sustantivo posesivo. Nadie las reclama como propias…. Es la conciencia del Espíritu Santo y por lo tanto es la raíz de toda acción verdaderamente amorosa.

Ante la más desalentadora tragedia está tan cerca de nosotros como nosotros estamos de nuestro ser verdadero.

 

Después de la Meditación, “Just Now”, THE PUPIL: Poems, W.S. Merwin, Knoph, 2001), Pág. 62

En la mañana cuando la tormenta empieza a despejarse

el cielo claro aparece y por un momento me parece

que ha habido algo más sencillo de lo jamás pude haber creído

tan sencillo que no pude empezar a encontrar palabras para ello

sin paciencia, sin esperar y sin estar más escondido

que el mismo aire que se volvió parte de mi por un momento     

en cada respiración y permaneció conmigo sin ser notado

algo que estaba aquí sin nombre desconocido en los días

y las noches que nos separan de ellos

no separados de ellos conforme vinieron y se fueron

debe haber estado aquí ni tarde ni temprano entonces

¿por qué nombre lo puedo llamar extendiendo mi agradecimiento?

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos