Saludo de Nochebuena 2016
Nochebuena 2016
Queridos amigos
Cuando María llevaba a su hijo, ella debió haber pensado "él es yo, pero él no soy yo". A través de nuestro largo camino de fe, al permitir que Cristo se forme en nosotros, pasamos por el mismo tipo de descubrimiento de quiénes somos y quiénes no somos descubriendo quién es él. (Sigue leyendo)
Cuando pensamos que tenemos este problema terminado, pronto nos damos cuenta de lo miopes que estábamos. Vivir en la fe significa permitir que el misterio de Cristo en nosotros crezca y nos haga uno con él. "Tú y yo somos una persona indivisa", dijo el Resucitado.
La Navidad comienza en el gran silencio de Dios del cual la Palabra brota de la profundidad del ser de Dios en existencia humana para que todos lo vean y lo toquen. Nuestra respuesta más profunda a este nacimiento eterno en el tiempo es el silencio. El silencio, primero a través de la liberación de imágenes y conceptos, luego en caída libre, nos restaura a este silencio primitivo que es la fuente del amor a través de todas las dimensiones del tiempo y del espacio.
Muchos de nosotros estaremos dando y recibiendo regalos pronto. Recordemos que el regalo inapreciable ya está en nuestro propio ser esperando sólo ser aceptado y desempaquetado. Nuestra meditación en este día del gran Don es más profundamente que nunca un regalo para los demás. Pero recordemos a los muchos que no tienen regalos para compartir, y poca esperanza con la que mirar hacia adelante. Al hacerlo, nos acercaremos a ellos y a aquel que nació en un establo y fue visitado por los pobres pastores antes de que llegaran los reyes.
Y como nuestro regalo de Navidad de algunos políticos ha sido un llamado a hacer más armas de destrucción masiva, proclamemos en confianza por nuestro silencio el poder mayor del gran sanador de la humanidad, Jesús, que es nuestra paz.
En la misa de esta medianoche voy a celebrar, con gran gratitud, a todos nuestros hermanos y hermanas en nuestra bendita comunidad en mi corazón. ¡Feliz Navidad!
Con mucho amor
Laurence
Traducción Marina Müller