12 de febrero 2017
Un fragmento de Laurence Freeman OSB, ¨Meditation¨, JESUS THE TEACHER WITHIN (New York: Continuum, 2000), págs. 212-213
Cuando nos pide no preocuparnos, Jesús no está negando la realidad de los problemas cotidianos. Lo que nos pide es abandonar la ansiedad, no la realidad. Aprender a no preocuparse es un trabajo difícil…. Sin embargo, a pesar del trastorno por la deficiencia de atención, aun la mente moderna tiene la capacidad natural de estar quieta y trascender sus obsesiones. En la profundidad descubre su propia claridad en donde encuentra paz, libre de la ansiedad. La mayoría de nosotros tenemos una media docena de obsesiones, que como dulces nos gusta chupar constantemente. Nos daría miedo perderlas, Jesús nos reta a ir más allá del miedo del soltar las preocupaciones, el miedo a tener paz, La práctica de la meditación es una forma de llevar a la práctica esta enseñanza; prueba a través de la experiencia que la mente humana puede decidir no preocuparse.
Esto no quiere decir que con facilidad podemos poner la mente en blanco y eliminar los pensamientos por fuerza de la voluntad. En la meditación permanecemos distraídos y sin embargo estamos libres de la distracción. Esto se debe a que –aunque solo mínimo al principio—tenemos la libertad de escoger en donde ponemos la atención. Gradualmente la disciplina de la práctica diaria refuerza esta libertad. Sería infantil imaginar que esto se puede lograr plenamente en poco tiempo. Permanecemos distraídos por mucho tiempo. Al poco tiempo nos acostumbramos a las distracciones como compañeras de viaje en el camino de la meditación. Sin embargo, no tienen que dominarnos. Decidir el repetir el mantra fielmente y continuar regresando a él cuando nos distraemos, nos permite ejercitar la libertad que tenemos de poner atención.
No es la misma forma en la que escogemos una marca de algún producto en el supermercado. En escoger el compromiso. El camino del mantra es un acto de fe, no es un movimiento del poder del ego. Dentro de cada acto de fe hay una declaración de amor. La fe prepara la tierra para que la semilla del mantra germine en amor. No creamos el milagro de la vida y crecimiento del amor solo por nuestro esfuerzo, sin embargo, somos responsables de su desarrollo. El tener paz de mente y corazón—el silencio, quietud, y sencillez---requiere no la fuerza de voluntad de una persona exitosa, sino la atención incondicional, la fidelidad sostenida de un discípulo.
Después de la meditación: “En el calor de un atardecer…” por Gary Young, de “Even So: New & Selected Poems” White Pine Press, 2012, Citado en The Writer´s Almanac, 3.22.2012
En el calor del atardecer, los rayos caen desde un
cielo claro hasta la punta de la colina. Al anochecer, todo el lado sur
del valle resplandece conforme las nubes se vuelven incandescentes con
la lejana caída de rayos. Hay una relación íntima constante entre
el cielo y la tierra. Esta tarde una tormenta cayó sobre el valle.
En un momento el valle estaba seco, y al siguiente había
torrentes de agua bajando por las colinas y los arroyos. A un cuarto de milla
podía ver el aguacero rebotando de la salvia y del suelo de arcilla fina.
Podía ver la lluvia acercarse, y de repente cayó, empapándome, y siguiendo su camino.
Diez minutos más tarde estaba seco. La lluvia viene del cielo y somos limpiados por ella.
De repente el significado del bautismo se vuelve claro para mí: puedes empezar otra vez, y
somos salvados todos los días.
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos