Sábado de la 2ª semana de Cuaresma, 18 de marzo 2017
La política y los deportes conforman la mayor parte de lo que llamamos “noticias”. Muchos de nosotros sentimos que necesitamos estar al tanto de lo que está sucediendo. Aunque, algunas veces, de algún modo, nos encontramos enganchados de forma adictiva a la corriente global de consciencia que los medios mantienen fluyendo constantemente. Sigue leyendo.
No solamente nuestras opiniones sino nuestras emociones son manipuladas entonces o inyectadas en nuestras pasivas mentes receptivas que se convierten en incapaces de pensar por sí mismas. Obtenemos las noticias que nos gusta oír para mantener una alta la dosis de estimulación. El pensamiento crítico hasta parece subversivo en algunas sociedades. Al reaccionar en contra de esto, estaríamos rechazando las noticias y los medios en forma conjunta, como aquellos padres que optan por una enseñanza en el hogar para sus niños.
Como siempre, lo mejor es el promedio, el camino del medio, lo moderado. Esto, la Cuaresma nos recuerda, no es la senda primaveral de la opción fácil, la ruta de la componenda o la evasión de preguntas difíciles. Es el filo de un cuchillo, una cuerda de alta tensión, una cuerda frágil a través de un profundo abismo. Jesús lo llamó “la senda angosta que lleva a la vida” agregando la frase impopular “y pocos la encontrarán”.
De alguna manera, esta última afirmación me ha hecho sentir siempre con seguridad. No porque yo pueda bailar sobre la cuerda de la moderación por mucho tiempo antes de balancearme peligrosamente o caerme, porque no lo puedo hacer, sino porque me enseña que hay un camino verdadero. El mismo, realmente, existe. Extrañamente, porque no puedo encontrarlo realmente, sé que existe. Aunque yo no pueda transitar este sendero muy bien, está allí y aunque lo pierda periódicamente, como el hecho de dejar el mantra durante la meditación y tratar en vez de resolver los problemas del mundo, lo vuelvo a encontrar. O tal vez, me vuelve a encontrar él a mí.
La política y los deportes y las ‘otras noticias’ son similares de manera poco confortable a nuestra psique y a nuestro inconsciente. Proyectamos a la pantalla de ‘noticias locales o mundiales’ lo que está pasando en nuestra propia inarticulada profundidad. Toda la política es política psíquica, la razón por la cual es tan fácil psicoanalizar a los políticos – sin maravillarnos del por qué no confiamos más en ellos – sino también el por qué encontramos tanta dificultad en conocernos a nosotros mismos.
Esta semana hemos estado pensando en la belleza – cómo el ascetismo (el ejercicio espiritual) de la Cuaresma – despierta y refina nuestra sensibilidad hacia la belleza. El miedo es el gran enemigo de la belleza, tal vez porque el miedo es la antítesis del amor y no podemos percibir la belleza sin amarla. Por lo tanto, cuando vemos emerger la política del temor (y el odio está siempre escondido en el miedo), debemos hacer sonar la alarma, porque significa la desacralización de la belleza de la vida y con ella, de la inocencia, de la propensión a ser tomados por sorpresa, de la forma infantil de ser – aunque la sigamos imperfectamente –, que es nuestro camino a la plenitud y al sentido de nuestra corta existencia humana.
Traducido por Marta Geymayr WCCM Paraguay