5 de marzo 2017
Fragmento de Laurence Freeman OSB, “The Fear of God,” THE SELFLESS SELF (London: Darton, Longman, Todd, 1989), pág. 131
La ira, y el miedo con el que viene asociada es todo lo que la meditación no es. La ira más profunda viene de nuestro temor más profundo- la muerte. Pero también viene de otras causas secundarias, de todo aquello que compone nuestra historia psicológica. Cuando meditamos debemos estar conscientes, y conforme nos vamos limpiando de la ira, no es nuestra preocupación inmediata rastrear su origen. Lo único que importa es que nos estamos deshaciendo de ella… Lo importante es que el amor activo en la fe del mantra echa fuera el temor del corazón. (…)
Como repetimos el mantra aprendemos a arraigarnos en el Espíritu Universal, el espíritu que Cristo nos ha dado a inhalar, el Espíritu por el cual Cristo vive en nosotros. Empezamos a meditar con una gran ventaja si al iniciar contamos con una fe desarrollada porque empezamos siendo capaces de entender que la ira puede ser desechada por el poder del amor… Cristo a través del poder del Espíritu puede desechar la ira porque él es el que ha sobrepasado el miedo primario de la muerte y quien está empoderado para liberarnos de ese miedo… en las palabras de San Juan (1 Juan 4:16), “Dios es amor: aquel que vive en el amor, vive en Dios, y Dios vive en él.”
Después de la meditación: dos poemas de LOVE POEMS FROM GOD: Twelve Sacred Voices from the East and West, trad. Daniel Ladinsky (New York: Penguin Compass, 2002), pág. 125
VISITAR SANTUARIOS SAGRADOS
Si has circunvalado todos los santuarios sagrados en el mundo
Diez veces
No te haría entrar en el cielo
Tan rápido
Como controlar
Tu ira.
CERCA DE DIOS
Uno puede nunca haber escuchado la palabra sagrada “Cristo”
Pero estar más cerca de Dios
Que un sacerdote o
Una monja
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos