Cuaresma 2012. 1er. jueves después del miércoles de ceniza
Contar los días. Es algo que hacen los niños cuando esperan algún acontecimiento. También los presos mientras cumplen su condena. Los peregrinos espirituales lo hacen también - de una manera infantil y porque están enamorados de la libertad.
La cuenta regresiva de Cuaresma ha comenzado. Es un medio artificial – se siente más natural pues es muy antiguo – para aclarar un poco el concepto acerca del tiempo y la eternidad tanto como el del aquí y el ahora. Es, como alguien dijo, una probadita de “tempiternidad”*, es el tiempo en que brilla la percepción de lo sagrado dentro de lo ordinario.
A la mente preocupada por el diario quehacer le toma tiempo tomar conciencia del cambio al que la meditación poco a poco la conduce constantemente dentro de lo más profundo de nuestro ser. Esta es la razón por la que no importa mucho lo que sentimos o no sentimos en nuestra práctica espiritual. Algunos días vemos su significado y nos entusiasmamos. Otros, nos parece tonto y una pérdida de tiempo. Es la conciencia más clara y profunda, el corazón puro, el que cuenta la verdad completa.
Cualquiera que sea la práctica de Cuaresma que hayamos empezado, así como la meditación misma, hay que tener presente que no se trata de hacerla perfecta o exitosamente. Quitemos ese concepto de la ecuación desde el primer día.
Todos fallamos. Todos empezamos, paramos y seguimos de nuevo. Lo que importa es la fidelidad, es el regresar. La fidelidad enseña disciplina. La disciplina nos libera del poder del ego y nos hace trascender en consciencia pura, en inocencia pura y finalmente, en amor puro.
Laurence Freeman, OSB
*La palabra “tempiternity” del texto original, no tiene traducción al español, es una mezcla libre de las palabras tiempo y eternidad, y lo traducimos también libremente como “tempiternidad”.
Traducción de Enrique Lavin