25 de junio 2017
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De Laurence Freeman OSB, “The Light of Selkf”, LIGHT WITHIN: The Inner Path of Meditation (London: Canterbury Press, 2008), págs. 85-87
La meditación expone… una dura y esencial verdad. Sí queremos ser verdaderamente humanos, debemos enfrentar el hecho de que no podemos comunicar nuestro ser verdadero a otros porque no hemos hecho contacto con él nosotros mismos. Si nos sentimos aislados de los que nos rodean es porque estamos aislados de nosotros mismos. Solo cuando sabemos quiénes somos, podemos ser quién somos, y podemos comunicarnos con otros. (Pero) “¿Qué nos bloquea de nuestro verdadero ser?” La meditación nos da una respuesta muy sencilla. No una respuesta fácil sino sencilla. Nada, nada, está como obstáculo entre nosotros y nuestro ser real. Nada excepto la idea falsa que hay un obstáculo entre ellos. La idea falsa es lo que llamamos ego. (…)
Cada vez que nos sentamos a meditar quitamos una capa de cohibición…. Y como lo hacemos, sencillamente nos volvemos nosotros mismos, sin recubrimientos y desnudos. Esto es lo que Jesús llamó “pobreza de espíritu.” (…)
Es una bella pobreza de espíritu, y es un camino estimulante para seguir. Es una pobreza grande porque nos libera para ver la luz de nuestro ser real y para saber que somos esa luz. El mantra nos lleva a través de las capas del pensamiento, lenguaje e imaginación hacia la luz pura de la plena conciencia. El mantra es muy sencillo. Simplemente es un punto focal que nos guía al centro donde la luz del ser real brilla. Conforme continuamos meditando podemos sentir que esto no está pasando. (Pero) si perseveramos, entonces nuestra vida misma despacio pero profundamente brillará con esa luz interior y sabremos que la luz está en todas las cosas.
Después de la meditación, W.S Merwin, THE RIVER SOUND (New York: Knoph, 1999), pág. 133
La Cuerda
Noche la perla negra
una cuerda atravesándola
con el sonido de un suspiro
las luces están aún ahí desde
hace mucho tiempo cuando
no eran vistas
en la mañana
me era explicado
que la que llamamos
estrella de la mañana
y le estrella de la noche
son la misma.
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos