6 de agosto 2017
Photo via VisualHunt
De John Main OSB, “The Christian Crisis”, THE PRESENT CHRIST (New York Crossroads, 1991), págs. 74-76
Para volvernos espirituales debemos aprender a dejar atrás a nuestro ser religioso oficial—esto es, dejar atrás al fariseo que todos llevamos dentro—porque, como dijo Jesús, tenemos que dejar atrás a todo nuestro ser. Todas las imágenes que tenemos de nosotros que provienen de nuestro agitado cerebro del ego, tienen que ser renunciadas y trascendidas si es que nos convertiremos en uno con nosotros mismos, con Dios, con nuestros hermanos—esto es, volvernos verdaderamente humanos, verdaderamente reales, verdaderamente humildes. Nuestras imágenes de Dios, de la misma forma deben desaparecer. No debemos convertirnos en adoradores de ídolos. Curiosamente, lo que encontramos es que todas estas imágenes se desvanecen conforme las imágenes de nosotros mismos lo hacen, lo que sugiere que… algo que siempre supusimos, que nuestras imágenes de Dios era en realidad imágenes de nosotros mismos.
En este maravilloso proceso de arribar a la luz plena de la Realidad, de caernos de la ilusión, emerge un gran silencio del centro. Nos sentimos envueltos en el silencio eterno de Dios. Ya no estamos hablando a Dios o peor, hablando con nosotros mismos. Estamos aprendiendo a ser—a estar con Dios, a estar en Dios. (…)
En el viaje espiritual, requiere más energía estar quietos que correr. La mayoría de la gente pasa mucho tiempo de sus horas de vigilia corriendo de una cosa a otra porque tienen miedo de la quietud y del silencio. Un cierto pánico existencial puede rebasarnos cuando nos enfrentamos a la quietud por primera vez. Pero si podemos encontrar el valor para enfrentar este silencio, entramos en la paz que está más allá de toda comprensión.
Sin duda es más fácil aprender esto en una sociedad balanceada y equilibrada. En un mundo turbulento y confundido hay muchas voces engañosas, hay muchos llamados a nuestra atención (…) Sin embargo, lo que debemos aprender es que el poder para la peregrinación está, de hecho, inexorablemente presente.
Después de la meditación. Charles Bukowski, “about competition,” Sifting Through the Madness of the World, the Line, the Way (New York: HarperCollins, 2003), pág. 75
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos