24 de septiembre 2017
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Un fragmento de Laurence Freeman OSB, en JESUS THE TEACHER WITHIN (London: Continuum, 2000), págs. 197-198
La meditación es la más profunda terapia primaria de la condición humana. No es una práctica elitista para los espiritualmente avanzados…. No solo el término “en el cual” (ad quem) sino “a partir del cual” (a quo). Tampoco la meditación es la escapatoria de la indulgencia narcisista que la publicidad proclama a los habitantes suburbanos del mundo Occidental (y cada vez con mayor frecuencia Asiático)… La meditación no es una actividad de relajamiento – aunque requiere tiempo y relajación. Desde la perspectiva espiritual, nos relajamos para poder meditar en vez de meditar para relajarnos.
La meditación es el trabajo que armoniza las usualmente discordantes dimensiones de la conciencia. Reconcilia las contradicciones y los opuestos. Toda la tradición está de acuerdo que sus frutos son preferibles a los opuestos. Estos frutos necesitan poca defensa o definición: compasión y sabiduría, generosidad y tolerancia, perdón y bondad, gentileza y paz, alegría y creatividad. Al liberar estas cualidades, la meditación avanza la bondad y plenitud humana.
Puedes sobrevivir sin ella. Pero ella es el viento en la vela del espíritu.
Después de la meditación: “Black Swallowtail” por May Oliver en RED BIRD (Boston: Beacon Press, 2008), pág. 40
El Macaón Negro
La oruga, interesante pero no exactamente encantadora,
encorvándose por las hojas de cilantro
comiendo, siempre comiendo. Entonces
una noche desapareció y en su lugar
quedó un contenedor verde colgado de dos hilos de seda
sobre el tallo del cilantro. Creo que no se llevó nada con el
excepto fe, y paciencia. Y entonces, una mañana
se expresó así misma como la cosa más bella.
Selección: Carla Cooper
Traducción: Guillermo Lagos