25 de febrero 2018

                                                          Photo credit: hernanpba on VisualHunt / CC BY-SA

Un pasaje de ASPECTS OF LOVE: On retreat with Laurence Freeman (London and Berkhamstead, Medio Media and Arthur James 1997), pág. 85


San Juan dice que Dios nunca ha sido visto. En otras palabras, Dios nunca es un objeto fuera de nosotros. Es la mente la que está creando objetos constantemente, siempre creando una realidad externa. Debido a que hacemos esto continuamente, necesitamos en nuestra oración ir más profundo que la mente. Necesitamos ir a ese nivel de nuestro ser, del corazón, del espíritu, donde entendemos que estamos en relación, en comunión, en la danza del ser, con todas las cosas, que es, en Dios. Cada uno es llamado a esto y es capaz de esto.

El Amor es una escuela. Aprendemos sobre el amor amando… Aprendemos en la meditación que el amor es aquello sobre lo cual seremos evaluados al final del camino. Y probablemente podamos adivinar que cuando lleguemos a revisar nuestra visa, como frecuentemente hace la gente cuando sabe que está muriendo, la medida de valor con la que nos vamos a juzgar es el amor, el valor de las relaciones. (….) La meditación nos ayuda a ver el balance del amor en nuestras vidas, el gran poder equilibrador del amor que nos crea a través de nuestra vida, que nos sana y nos enseña. Vemos el amor que está con nosotros, que nos acompaña en el viaje. No es un amor que tengamos que ganar o adquirir sino un amor que está constantemente con nosotros.

Nuestros ojos se abren a través de la meditación para ver cuán presente está el poder del amor en medio de toda nuestra intolerancia, todos nuestros caprichos, todas nuestras distracciones. Somos capaces de sentir más y más profundo la presencia de la paz. Y nos enseña a amarnos a nosotros mismos, amar a los otros, y amar a Dios. También nos enseña que todas las relaciones realmente son aspectos de una relación.

 

Después de la meditación: Rumi, un pasaje de “Love with No Object”, THE SOUL OF RUMI, tr. Coleman Banks (New York: HarperCollins, 2001), págs. 168

¿Has visto a alguien enamorarse con su propia sombra? 
Esto es lo que hemos hecho. 
Deja los amores parciales y encuentra aquel que es completo. 
¿Dónde hay alguien que pueda hacer esto? 
Son tan raros, esos corazones que llevan las bendiciones y las prodigan sobre todo. 
Aguanta la túnica de mendigo y acepta su generosidad. 
Todo aquello que no provenga de esto dañará la tela, como una piedra filosa que rasga tu sinceridad.
Mantén eso intacto, y usa la claridad; llámalo discernimiento, tienes dentro de ti una fuerza decisiva que sabe lo que debe recibir, y aquello de lo que se debe alejar.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos