El Padre John Main,OSB
John Main OSB (1926-1982) sabía que la experiencia contemplativa crea comunidad.
Su contribución ha sido el recuperar y volver a presentar un camino de esta experiencia a la gente bajo la tradición contemplativa cristiana.
En las enseñanzas de los Padres y Madres del desierto, él descubrió la práctica del mantra.
Reconoció que esta forma de oración podría llevar a mucha gente (tanto laicos como consagrados) a profundizar su vida espiritual, por lo que recomendaba dos períodos diarios de meditación integrados en la práctica de la vida cristiana.
Un camino de compasión
En los últimos años se ha hecho cada vez más evidente que la meditación, como camino de tolerancia y compasión, crea puentes en el espíritu entre la gente de diferentes creencias, entre los pobres y los ricos, entre aquellos que sufren a causa del conflicto y de la división.
Las grandes tensiones sociales y psicológicas de la sociedad moderna, nos conducen a una respuesta contemplativa profunda.
John Main creía que cada ser humano, sin importar su estilo de vida, está llamado a la profundidad contemplativa.
El Grupo de Meditación
Los grupos de meditación que se han formado en el mundo son un símbolo de su visión. Se reúnen cada semana para apoyar el compromiso diario al perergrinaje interno de cada persona.
Estos grupos utilizan los distintos recursos que provee la Comunidad Mundial para la M.C. en diversos idiomas. En español disponemos de las enseñanzas semanales que cada líder de grupo distribuye entre los integrantes, el DVD Pilgrimage que viene subtitulado en español, diversos libros del P. John Main, del P. Laurence Freeman y otros autores, disponibles en Editorial Bonum de Argentina y Editorial Convivium Press de Estados Unidos y presentaciones de Power Point.
Cada grupo está enlazado por el espíritu común de la gran comunidad.
La mayoría de los grupos están dirigidos por personas laicas.
En esta renovación de la tradición de la oración Crisitiana vemos el gran potencial para que los Cristianos de todas las denominaciones se encuentren como punto común de su fe. De hecho, toda la gente de todas las religiones pueden encontrar su humanidad común, meditando juntos.
En 1975, John Main inició sus primeros grupos de meditación en su monasterio de Londres, y un año más tarde, en Montreal.