4 de marzo 2018

                                                         Photo credit: ebergcanada on Visualhunt.com / CC BY-NC-ND

De John Main OSB, “The Oceans of God” (December 1982), THE PRESENT CHRIST (New York: Crossroad, 1991), págs. 111-112, 116-117


Nuestra vida es una unidad porque está centrada en el misterio de Dios. Pero para conocer su unidad tenemos que ver más allá de nosotros mismos con una perspectiva más grande que la que generalmente utilizamos para ver, cuando el egoísmo es nuestra preocupación principal. Solo cuando nos empezamos a voltear de nuestro egoísmo y de la vergüenza es que esta perspectiva más grande empieza a abrirse.

Otra manera de decir que nuestra visión se expande es decir que logramos ver más allá de las apariencias, hacia la profundidad y significado de las cosas… no solo… en relación con nosotros sino… a la totalidad de la cual formamos parte. Este es el camino hacia el conocimiento personal verdadero y es la razón por la que el autoconocimiento es igual a la humildad. La meditación abre para nosotros está forma preciosa de conocimiento, (y) este conocimiento se convierte en sabiduría… cuando conocemos ya no por análisis y definición sino por participación en la vida y espíritu de Cristo. (…)

A través de la quietud del espíritu nos movemos hacia el océano de Dios. Si tenemos el valor de alejarnos de la orilla no podemos fallar en encontrar energía y dirección. Mientras más lejos viajemos más fuerte se vuelve la corriente, y nuestra fe se hace más profunda. Por un tiempo la profundidad de nuestra fe es desafiada por la paradoja de que el horizonte de nuestro destino se está alejando siempre. ¿A dónde vamos con esta fe profunda? Entonces, gradualmente reconocemos el significado de la corriente que nos guía, y vemos que el océano es infinito.

 

Después de la Meditación, estrofas selectas de Sneg Ts´an, “Believing in Mind” en TIMELESS WISDON: Passages for meditation from the world´s saints and sages, ed. Eknath Easwarran (Tomales, CA: Nilgri Press, 2008) págs. 161-163

No se enreden en deseos externos
Ni queden atrapados dentro de sí mismos.
Una vez que plantan profundamente el anhelo de paz
la confusión se aleja de sí misma.

Sin la meditación
la conciencia y el sentimiento son difíciles de captar.
En el ámbito de la Semejanza
no existe ni el uno mismo ni el otro.

En el uno, están todos.
En el todo, está el uno.
Si sabes esto,
Nunca te vas a preocupar por estar incompleto.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos