Cuaresma 2012. Martes de la 3ra. Semana de Cuaresma

 “¿Cuántas veces tendré que perdonar a mis hermanos si me hace daño?¿hasta siete veces?” Jesús respondió: “No, siete veces no, setenta veces siete.”

A: Siempre ganas. Siempre logras que se hagan las cosas a tu modo.

B: Así no lo veo yo. Esta hostilidad también me hace la vida miserable.

A: Me alegro. ¡Te lo mereces!

B: Gracias. ¿Ahora quien se sale con la suya?

A: ¿Ves? Siempre dando vuelta las cosas para que la gente vea desde tu punto de vista.

B: Bueno si lo hago, no me siento como un ganador. De hecho, siempre ser el ganador es solitario también.  Haces que la gente se enoje o esté celosa al creer que ganaste y ellos perdieron.

A: Pobrecito.

Y así continúa. El ciclo de resentimiento se alimenta desde una fuente honda de energía oscura que perpetúa la sensación de ser víctima o perdedor nato.  Perdonar al que nos hizo daño es escapar del este estado mental auto-destructivo que paraliza las emociones y congela el pensamiento racional. Crea ilusión y la única cura para la ilusión es incrementar la dosis diaria de realidad.

Casi todo aquel que se siente crónicamente infeliz cree que alguien en algún lado es o ha sido su enemigo. La manera de salir de esta ciénaga es identificar al enemigo, mirarlo a los ojos -esté donde esté- parpadear y dejarlo ir.

La visión espiritual de la vida toma en cuenta tanto el pecado -el estado de ilusión y todas sus consecuencias, como la gracia- la perpetua segunda oportunidad. Se enfoca en la redención, la liberación y la sanación como procesos de dar vida y de rejuvenecimiento a los cuales debemos comprometernos.

El desierto es un lugar espectacular para diagnosticar estos estados de mente negativos que se manifiestan naturalmente en las primeras etapas de la meditación. Para poder librarnos de los males que creemos que nos han hecho y comenzar de nuevo, únicamente debemos preferir constantemente la realidad a la ilusión, volver al mantra.  Al librarnos de estos males encontraremos que hemos progresado en el camino espiritual, a pesar de las apariencias. ¡De hecho encontraremos que nunca nos habíamos alejado del camino!

 

Laurence Freeman OSB
Traducción de Mary Meyer

 

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