5 de mayo 2019

                                                          Photo credit: Kurayba on Visual Hunt / CC BY-SA

Un fragmento de Laurence Freeman OSB, “Letter Three”, WEB OF SILENCE (London: Darton, Longman, Todd, 1996), págs. 28-29, 31


No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2)

Aún si la meditación fuera solo un breve sumergirse hacia el reino dentro de nosotros, merecería nuestra atención total. Pero es más que un escape temporal de la prisión de nuestros patrones de miedo y deseo. Siendo estos patrones complejos, nos hacen temer la muerte y el amor verdadero que es necesario para nuestro crecimiento y supervivencia, la meditación los simplifica todos. Día con día, meditación a meditación, el proceso de simplificación se mueve. Poco a poco nos volemeos menos miedosos hasta, en la alegría de ser liberados de las imágenes y los recuerdos del deseo, probamos la liberación total del miedo. Y entonces —y aún antes— nos volvemos útiles a otros, capaces de amar sin miedos o deseos . . . liberados para servir al Ser que es Cristo dentro de nosotros.

 

Después de la meditación: “Magpies Recongize Themselves in the Mirror” por Kelli Russell Agodon, originalmente publicado en Poem-a-Day, 3 de Mayo de 2019 por la Academy of American Poets: www.poets.org/poetsorg/poems-day

Las Urracas se Reconocen Frente al Espejo

La noche suena como asesinato
de urracas, y estamos cambiando las perillas de nuestros gabinetes
porque no podemos cambiar el mundo, pero podemos
cambiar nuestras herramientas. América me rompe el corazón
algunos días, y algunos se rompe en dos.
Observé hoy a una mujer tener una crisis nerviosa en el centro comercial
y cuando el guardia trató de ayudarla
lo que pude ver fue a todos nosotros
echar un vistazo a su bolsa cuando la aventó
al piso hacia Forever 21. Y si,
las paredes se sintieron como otra forma de sostenernos
y cuando finalmente dejó de llorar,
la escuché decirle a la luz fluorecente, Algunos días
el cielo es demasiado brillante. Como si fuéramos su
bandada con nuestros abrigos negros y suéteres blancos,
algunos de nosotros acercando nuestras alas a ella 
y algunos de nosotros alejándonos volando.

Acerca de este poema: ”Mientras leía un artículo sobre el auto-reconocimiento en urracas empecé a pensar también sobre una conversación que tuve con mi doctor acerca del aumento de solicitudes de medicamentos contra la ansiedad en estos días. Me empecé a preguntar- ¿Cómo respondemos a nuestros compañeros humanos cuando tienen una crisis enfrente de nosotros? ¿Nos reconocemos en ellos? ¿O los juzgamos por no poder mantener la calma? Ultimadamente, me parece que se reduce a la compasión -tenemos la elección entre ayudar o irnos, aunque mi esperanza es que todos tratemos de  cuidarnos unos a otros." —Kelli Russell Agodon

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos