12 de mayo 2019

                                                          Photo credit: EssjayNZ on VisualHunt.com /CC BY-NC-SA

Fragmento de John Main OSB, “Letting Go”, JOHN MAIN: ESSENTIAL WRITINGS, Modern Spiritual Masters Series (Maryknoll, NY: Orbis, 2002), pág. 127


Una de las cosas más difíciles de entender por los hombres occidentales es que la meditación no busca hacer que alguna cosa pase. Sin embargo, todos estamos tan atados a la mentalidad de la técnica y la producción que inevitablemente primero pensamos que estamos tratando de diseñar un evento, un suceso. Empero, lo primero que hay que entender, es que la meditación no tiene nada que ver con hacer que algo pase. El objetivo fundamental de la meditación es ciertamente todo lo contrario: sencillamente aprender a volvernos concientes de lo que es, aprender dierectamente de la realidad que nos sostiene. […]

Con frecuencia vivimos a un pequeño porcentaje de nuestro potencial. Si tan solo volteamos de nosotros hacia el otro, la expansión de nuestro espíritu se vuelve infinita. Todo está girando; lo que el nuevo Testamento llama conversión. Estamos invitados a abrir la cerradura de nuestros grilletes de limitación, ser liberados de ser prisioneros dentro de nuestros egos auto limitantes. La conversión es está liberación y expansión que surge cuando volteamos de nosotros hacia el infinito Dios. Es aprender a amar a Dios, justo como al voltear a Dios aprendemos a amarnos unos a otros. Al amar nos enriquecemos más allá de toda mesura. Aprendemos a vivir de las riquezas infinitas de Dios.

 

Después de la meditación: “Finding a Teacher”, W.S. Merwin, MIGRATION: NEW AND SELECTED POEMS (Port Townsend, WA: Copper Canyon Press, 2005), págs. 206-207

ENCONTRANDO UN MAESTRO

En el bosque me encontré a un amigo pescando
y le hice una pregunta
y el me dijo “Espera”
los peces estaban surgiendo de la profundidad de la corriente
pero su línea no se estaba tensando
pero yo esperé
era una pregunta sobre el sol
acerca de mis dos ojos
mis orejas, mi boca
mi corazón, la tierra con sus cuatro estaciones
mis pies, en donde estaba parado
hacia dónde iba 
se resbaló entre mis manos
como si fuera agua
hacia el río
fluyó bajo los árboles
se hundió bajo los cascos lejos
y se fue sin mí
entonces cayó la noche donde estaba parado 
ya no sabía qué preguntar
podía ver que su línea no tenía anzuelo
comprendí que me debía quedar y comer con él.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos