1 de septiembre 2019

                                                          Photo by Johannes Plenio from Pexels 

Fray John Main OSB, “Religous Love”, THE WAY OF UNKNOWING (New York: Crossroads, 1990), págs. 115-116.


Al abrir nuestros corazones al amor en el nivel más profundo y silencioso de nuestro ser no estamos reprimiendo el conocimiento humano o rechazando valores humanos o relaciones. Al contrario, todos estos son iluminados; esto es, los vemos bajo una nueva luz, en la luz de la trascendencia. Vemos una nueva luz en ellas. Lo extraordinario del mensaje Cristiano es que esta luz no es nada menos que la luz de Cristo, la luz que es Cristo. La llamada que se nos hace a entrar en esa luz es para que cada uno la conozca de propia experiencia… que la luz de Cristo brille en nuestros corazones y que la primera tarea de nuestra vida es estar abiertos a ella, bañarnos de ella, a estar completos en ella y a ver con ella. (…) la meditación es nuestro viaje a esa luz.

 

Después de la meditación: Diane Ackerman, “School Prayer” en I PRAISE MY DESTROYER (New York: Vintage, 2000, Kindle Edition), pág. 3

En nombre del amanecer
y las pestañas de la mañana
y la luna expedicionaria
y la noche cuando parte,

juro que no deshonraré
mi alma con odio,
sino ofrecer a mi mismo con humildad
como guardián de la naturaleza,
como sanador de miseria,
como un mensajero de maravillas,
como un arquitecto de la paz.

En el nombre del sol y sus espejos
y el día que lo abraza
y los velos de nube dibujados sobre ella
y la noche más absoluta
y el varón y la mujer
y las plantas explotando con semillas
y las estaciones de canto
de la luciérnaga y la manzana,

honraré toda vida
-donde sea y en cualquier forma 
en que pueda habitar- en la Tierra mi hogar,
y en las mansiones de las estrellas.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos