18 de octubre 2020

                                                Photo by Nathan Anderson on Unsplash

Un fragmento de John Main OSB, ESSENTIAL WRITINGS, ed. Laurence Freeman (Marynoll, NY: Orbis, 2002), pág. 109


El propósito de decir el mantra es que se convierte el foco de tu atención. No estamos pensando en cualquier cosa ni estamos buscando obtener algún conocimiento que pueda llegar. Los dejamos caer conforme vamos llegando a niveles de silencio cada vez más profundo en el cual el único sonido es el mantra. El mantra nos enseña la paciencia necesaria para decirlo. También se enseña la humildad necesaria. Al meditar no buscamos poseer a Dios o llegar a un conocimiento profundo de Dios. Buscamos sencillamente aceptar el regalo de nuestra propia creación tan plenamente como podamos ahora y responder a eso tan generosamente como podamos. Para hacer esto aprendemos a estar quietos, a estar en silencio, y a ser verdaderamente humildes.

En lenguaje cotidiano, la esencia de la meditación es dejar el ego atrás. No estamos tratando de ver con el ego lo que está sucediendo. La visión del ego es limitada por su propio centrarse en sí mismo. El ojo con el cual vemos sin límite es el ojo que no se puede ver a sí mismo. La paradoja de la meditación es que una vez que dejamos de tratar de ver y de poseer, entonces vemos todas las cosas y todas las cosas son nuestras.

 

Después de la meditación, Un fragmento de “October”, Mary Oliver, NEW AND SELECTED POEMS (Boston: Beacon Press, 1992), pág. 62

Algunas veces al final del verano no toco las cosas, 
ni las flores, ni las zarzamoras
rebosantes en los matorrales; no beberé 
del estanque; no diré el nombre los pájaros o los árboles;
no susurraré mi propio nombre.

Una mañana
la zorra bajó de la colina, brillando y con seguridad,
y no me vio -y pensé:
así que eso es el mundo.
No estoy en él.
Es precioso.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos