24 de enero 2021

                                                Photo by Frank Holleman on Unsplash

Una selección de Laurence Freeman OSB, “Spirit”, JESUS THE TEACHER WITHIN (New York: Continuum, 2000), págs. 186-187


La alegría de percatarse de la verdad es la dicha del Espíritu. Borra toda la vergüenza de todos los fracasos previos. Conscientes de que este Espíritu de la verdad está con nosotros como amigo, estamos mejor preparados de tolerar en los otros y en nosotros mismos aquello que no ha alcanzado la plenitud del ser…

La verdad es tolerante porque el Espíritu es amor que perdona. Permite que lo falso sobreviva por un tiempo de la misma forma que un padre amoroso permite que su hijo cometa errores. La verdad abraza en lugar de excomulgar a sus enemigos. Se hace manifiesta después de mucha destilación de la experiencia. No es un objeto o una respuesta que se deba ver fijamente y preservada. [Y] cuando no hay ego a través del cual la verdad deba pasar, la comunicación se dilata en comunión. [.…]

El poder de perdonar… es un carisma del Espíritu porque el perdón remueve el más grande obstáculo a la comunicación. Sana heridas, confiesa la verdad que nos hace libres, consuela el dolor, calma la ira, disuelve el resentimiento, consigue la reconciliación de los enemigos.

Quien conozca la verdad tiene el poder de perdonar… Aprendemos a través de su efecto sobre nosotros lo que es el Espíritu: un amigo quien no tiene favoritos y quien libera el poder del amor, perdonar sin fin. Ella está más allá de la observación, pero nosotros la reconocemos por sus rastros de su paso silencioso, guía, sanador, consolador a través de sus vidas.

 

Después de la meditación: un fragmento de “The Hill We Climb” por Amanda Gorman, presentado en Washington D.C. el 20 de Enero de 2021.

Y así levantamos la mirada hacia, no aquello que se interpone entre nosotros 
sino aquello que está ante nosotros. 
Cerramos la brecha porque sabemos, para poner primero nuestro futuro, 
debemos hacer a un lado nuestras diferencias.
Dejamos caer los brazos
para que podamos extender los brazos unos a otros.
Buscamos no causar daño a nadie y armonía a todos. 
Deja que el mundo, si nada más, diga esto es verdad:
Que aún cuando sufrimos, crecimos.
Que aún cuando tuvimos dolor, tuvimos esperanza.
Que aún cuando nos cansamos, intentamos.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos