25 de noviembre 2012

Del capítulo “Fuente de Vida” del libro MOMENT OF CHRIST (Nueva York: Continuum, 1998), pág. 76-78.

Toda gran tradición espiritual sabe que en profunda quietud el espíritu humano comienza a tomar conciencia de su propia fuente. En la tradición hindú, por ejemplo, los Upanishads hablan del espíritu de quien creó el universo como el que habita en nuestros corazones.

Ese mismo espíritu es descripto como aquel que ama a todos en silencio. En nuestra propia tradición cristiana Jesús nos habla del Espíritu que habita en nuestro corazón y del Espíritu, como Espíritu de Amor. Este contacto interior con la fuente de vida es vital para nosotros, porque sin Él, apenas podríamos comenzar a sospechar el potencial que nuestra vida tiene para nosotros. Este potencial es el que debemos acrecentar, que debemos madurar, que debemos llevar a la plenitud de la vida, la plenitud del amor, la plenitud de la sabiduría. El conocimiento de ese potencial es de suprema importancia para cada uno de nosotros. En otras palabras, lo que cada uno de nosotros tiene que hacer y está invitado a hacer es comenzar a comprender el misterio de nuestro propio ser como el misterio de la vida misma.

En esta visión que proclama Jesús, cada uno de nosotros es invitado a comprender la santidad como nuestra esencia y nuestra vida. Por eso la otra prioridad es: a saber, que debemos darle el tiempo necesario a nuestro espíritu interior para que se expanda. En la tradición de la meditación este tiempo de expansión del espíritu se encuentra en el silencio, y la meditación es ambas cosas, un camino de silencio y un compromiso de silencio que crece en cada parte de nuestras vidas. Se transforma en un silencio que sólo podemos describir como el silencio infinito de Dios, el eterno silencio. Y… es en este silencio que comenzamos a encontrar humildad, compasión, la comprensión necesaria que precisamos para nuestra expansión de espíritu. Los pensadores y pensadoras de todo el mundo hoy en día están comenzando a ver el crecimiento espiritual, la toma de conciencia espiritual, como una alta prioridad para nuestro tiempo. Pero la pregunta es, ¿cómo ingresamos a este camino?

Es aquí donde la tradición de la meditación toma suprema importancia para nosotros como una tradición de compromiso espiritual… a través de los siglos y, aún, una tradición disponible para ti y para mí. Lo único necesario es que entremos en ella comenzando a practicarla. Debemos hacernos el tiempo… para estar dispuestos para este trabajo de hacer contacto con la Fuente de toda vida y para el trabajo de hacer un espacio en nuestras vidas para expandir nuestro espíritu. La profundidad de la fe y la práctica actual de meditación son ambas muy simples. Toma tu palabra… repítela… y haces contacto con la base de tu ser, porque lo que descubres es que el mantra se enraíza en tu corazón, en el centro de tu ser, y tu ser se enraíza en Dios, el centro de todo ser.

 

DESPUES DE LA MEDITACIÓN: de Arthur Osborne, RAMANA MAHARSHI AND THE PATH OF SELF-KNOWLEDGE (York Beach, ME: Samuel Weise, 1997), pág. 158-159.

Sri Bhagavan dijo “la Gracia del Gran Sabio es como un océano. Si uno viene con una taza, solo obtendrá una taza llena. No sirve de nada quejarse de la estrechez del océano. Cuanto más grande sea tu taza, más cantidad serás capaz de llevar. Depende totalmente de ti”.

Traducido por Isabel Arçapalo