30 de diciembre 2012

Una selección de JESUS THE TEACHER WITHIN - JESUS EL MAESTRO INTERIOR, de Laurence Freeman (New York: Continuum, 2000) pp. 226-227.

El mantra... se recita continuamente independientemente de lo que estemos sintiendo:"en tiempo de guerra y en tiempo de paz", como dice La Nube del No Saber; "en tiempos de prosperidad y adversidad," como pone Juan Casiano; "desde el principio al fin de nuestra meditación," como dijo John Main a su vez.

Con la práctica el mantra entierra su raíz cada vez más profundamente en nuestro ser, estableciendo armonía entre lo consciente y lo inconsciente. Imperceptible y gradualmente llega de la cabeza al corazón. A través del tiempo decimos el mantra, luego lo percibimos y luego lo escuchamos cada vez con menos esfuerzo y más atención.

Naturalmente, tenemos días difíciles o períodos de sequedad en los que parece casi imposible decir el mantra. Buscamos cualquier excusa para no sentarnos a meditar. Cuando lo hacemos, el mantra resulta ser inmediatamente arrastrado por olas de pensamientos y emociones. Pero si perseveramos o empezamos de nuevo, entonces, como la semilla de la parábola, que crece en el interior de la tierra (y no sabemos cómo, dijo Jesús), el mantra nos guía fielmente a mayor profundidad. Y con la profundidad recibimos claridad, quietud, autoconocimiento, el gran regalo de la compasión y la quietud interior necesaria para una atención más completa, una trascendencia más generosa. El mantra progresa imperceptiblemente a través de los interespacios de quietud, entre las olas de pensamientos y la vida interior [...].

Con el tiempo nos lleva a la pobreza auténtica donde aprendemos simplemente a ser. Experimentar esta amable realidad de tiempo en tiempo nos permite enfrentar muchos obstáculos y desencantos a lo largo del camino. Habrá tiempos de derrotas, pero aunque parezca que retrocedemos, seguimos creciendo siempre que la fe se encuentre trabajando. Aún en la noche más profunda una luz invisible sigue brillando.

Un comportamiento de no-posesión y confianza se desarrolla para reemplazar a la codicia y al miedo. Esto nos lleva a tener más y más una paz inconmovible. Abajo de la turbulencia, esta paz fluye del saber que somos conocidos y, una vez reconocida, se vuelve la condición para todo el crecimiento posterior.

Después de la meditación: Una selección de John Main OSB, “Purity of Heart,” WORD MADE FLESH (London: Darton, Longman, Todd, 1993) p. 60.

No hay nada que brille tanto en nuestro corazón como la gloria de Cristo. Esa gloria no es triunfalista pero triunfa sobre los corazones endurecidos por las heridas de la vida. Pobreza, pureza y simplicidad son armas extrañas para nuestras mentes afectadas por tantas imágenes y valores  de violencia. Sin embargo nuestra sobrevivencia espiritual y aún física, depende de recobrar la consciencia del poder redentor de estas cualidades humanas. Este es el camino del mantra.

Traducido por Isabel Arçapalo