18 de mayo 2014

 
PHOTO: LAURENCE FREEMAN
 
Extracto de John Main OSB, “Kissing the Joy as it Flies”, THE HEART OF CREATION (New York: Conitnuum, 1998) págs. 74-75
 
El desapego no es una disociación de ti mismo o una evasión de tus problemas o responsabilidades. No es una negación de amistad o afecto, a aún de pasión. Desapego es, en esencia, desapego de auto preocupación, de ese frecuente estado mental inconsciente que me pone a mí mismo como el centro de toda la creación….Desapego hace posible el amor porque el amor solo es posible si estamos separados de la auto preocupación, si nos hemos alejado del auto aislamiento, si nos hemos liberado de la autocomplacencia… de utilizar a los otros para nuestros propios fines.
 
Pero por encima de todo, y esta es la lección más importante que debemos aprender en la meditación,  desapego es la liberación de la ansiedad sobre nuestra sobrevivencia personal. La vida nos enseña que lo amoroso es esencialmente perderse en la realidad del otro, otros, de Dios. Desapego del egocentrismo nos libera para el amor porque ya no estamos dominados por la lucha animal de sobrevivencia. Desapego requiere la totalidad de la confianza humana: confianza en el otro, en otras personas y en Dios. Requiere la disposición para soltar, para dejar de controlar y la fuerza para ser. 
 
En la meditación, al aprender a recitar tu mantra, aprendes a confiar, aprendes a ser. Ciertamente, la alegría de la meditación consiste en que es una celebración del ser, una celebración de pura alegría al recibir tu vida como un regalo, y en hacer lo que Blake llamó besar “la alegría como vuela”. La oración es no poseer, no controlar sino la pura celebración de ser.  Venimos a esta celebración porque la meditación nos lleva a estar en el centro, al punto de quietud. En cada persona hay un punto de quietud que soy yo pero no exclusivamente yo. Lo que aprenderás en la meditación es que solo hay un centro, el cual es el centro de todos los centros.
 
Este es el entendimiento al que llegamos en la meditación, una vez más, a través de nuestra propia experiencia, de la profunda unidad de ser. EL compromiso de la meditación es el desapego de la preocupación por mí, a través de la fidelidad al mantra y a la práctica dos veces al día de la disciplina del desapego. Los tiempos de la meditación entonces se vuelven progresivamente más sencillos, más alegres, más centrados. Y nuestras vidas, que son cambiadas profundamente por la meditación, nos revelan por nuestra propia experiencia los que significa decir que “Dios es amor”.
 
Después de la meditación: de T.S Eliot, “East Coker”, FOUR QUARTETS (New York: Harcourt, Brace, 1971) págs. 31-32
 
Como nos vamos volviendo viejos
El mundo se vuelve extraño, el patrón más complicado
De vivos y muertos. El momento intenso no es aislado, 
sin antes ni después, pero  una vida entera que arde en cada instante
 y no la vida de un solo hombre
Sino las viejas piedras que no pueden ser descifradas…
Los viejos deberían ser exploradores
Aquí o allá no importa
Debemos estar quietos y seguir moviéndonos
Hacia otra intensidad
Para una mayor unión, una más profunda comunión